Carlos Andrés Robles encontró al ángel que le salvó la vida y sin dudarlo un minuto lo llamó para agradecerle tan noble gesto.
Luis Guillermo Arias, de 45 años y vecino de Grecia, Alajuela, fue la persona que, sin pensarlo, se bajó de su camión y acompañó a Carlos Andrés en el momento más difícil de su vida, cuando quedó atrapado en el carro después de un violento accidente.
El percance ocurrió la mañana del martes 31 de julio en la calle que lleva a Río Seco de Puntarenas, lamentablemente en el accidente murió la profesora de Estudios Sociales Maryit Gutiérrez Guido, amiga de Carlos Andrés y tía de dos de los tres hijos del sobreviviente.
Luis, quien es transportista de maquinaria pesada, se sorprendió al ver que le querían agradecer frente a frente, asegura que la reacción de ese día fue la de una persona de buenos sentimientos y quiere creer que cualquier otro ser humano hubiese hecho lo mismo al ver a alguien en esa situación.
Este buen samaritano contó que se dio cuenta de la publicación en la que lo llamaron ángel a las 3:30 de la madrugada de este viernes, justo cuando iba a salir de la casa para irse a trabajar. Le entró un mensaje de WhatsApp y al mismo tiempo también sonó otro mensaje en el celular de su esposa, asegura que en ese momento se asustó.
“Al escuchar el mensaje solo me dije ‘Ay que no haya ocurrido nada malo, porque a esta hora nadie escribe y menos al mismo tiempo a mí y mi esposa’, pero resultó ser un cuñado que nos enseñaba la publicación de La Teja”, expresó don Luis.
Al amanecer las llamadas y mensajes continuaron, incluso, lo contactó un familiar que vive en Estados Unidos para felicitarlo por su gran gesto.
Sin embargo, antes de las 8 de la mañana recibió una llamada que no se esperaba, era la del sobreviviente Carlos Andrés, quien no se aguantó y apenas le pasaron el número no dudo en llamarlo, presentarse y decirle el profundo agradecimiento que le tiene.
Don Luis Guillermo le dijo a Carlos Andrés que él hizo lo que estaba dentro de sus posibilidades para ayudarlo, pero que también dos empleados del ICE y un pasajero del bus estuvieron dando mucho apoyo para salvarlo.
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“Ese día iba con unos compañeros para Liberia, cuando vimos el accidente, una de las señoras que iba en el bus, se bajó asustada y mientras caminaba dijo que un muchacho pedía ayuda, salí corriendo para ver que podía hacer. Él (Carlos Andrés) estaba muy prensado, lo que hice fue sostenerle la cabeza porque un metal pasaba cerca del cuello y otro un poco más arriba, le dije que se relajara que yo le sostenía la cabeza, además, no quería que se durmiera, por lo que le hice conversación”, mencionó el transportista.
Se sintió impotente
Don Luis Guillermo, recuerda Carlos Andrés, quien trabaja como asesor en la Asamblea Legislativa, le pedía que lo sacara, pero no podía porque las latas estaban muy apretadas y arrugadas.
“Le dije que no tenía las herramientas para sacarlo y luego no sabía como estaban sus piernas”, recordó.
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El momento más triste fue cuando vio llegar al papá Maryit.
“Ver al papá preguntar por su hija y no poder hacer nada por sacarla, fue muy difícil, me sentí impotente al no poder sacarla, aunque ya sabíamos que estaba sin vida, pero era feo saber que seguía ahí, no me puedo imaginar el dolor que afronta la familia, solo pido que tengan fortaleza”, dijo don Luis Guillermo, palabras que reafirman su buen corazón.
Carlos Andrés espera que pronto se puedan reunir e insiste a los conductores andar con precaución, pues en casa todos esperan reencontrarse con sus seres queridos, sabe que es un milagro de vida, pero no todos pueden contar con la bendición de contar el duro momento.