Los familiares de don Fernando Quesada Ocampo viven aferrados a la esperanza de reencontrarse con su amado familiar, quien desapareció el 7 de agosto del 2016 en barrio Cristo Rey, en San José.
La foto del adulto mayor acaparó los medios de comunicación días después de que los allegados pusieron la denuncia en el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), pero conforme pasaron los meses el tema se enfrío y ahora solamente sus seres queridos mantienen vivo el caso. El señor tenía 75 años cuando desapareció, por lo que actualmente tendría 77 años.
Magdalena Miranda, sobrina de Quesada, dice que les ha sido difícil aprender a vivir sin él.
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“Mi tío era como un papá para nosotros porque siempre vivió en mi casa y cuidó mucho a mi mamá, por ser su hermana menor. Cuando se acerca la Navidad, el cumpleaños de algún miembro de la familia o el cumpleaños de él se siente una angustia muy fuerte de no tenerlo ahí celebrando.
“De una u otra manera uno va saliendo adelante, pero la vida no es igual cuando se desaparece una persona que uno quiere. Si uno va a hacer un mandado a San José, por ejemplo, pasa viendo a las personas que viven en la calle porque tal vez mi tío está ahí.
“Cada cierto tiempo preguntamos en los hospitales o en los albergues para indigentes para ver si llega alguien con la descripción de mi tío y hasta a la Morgue Judicial hemos ido y nos hemos hecho pruebas de ADN para que las comparen con los cadáveres que nadie reclama, pero nada”, relató Miranda.
Siempre pendientes del teléfono
Dinora Miranda, otra de las sobrinas de don Fernando, dice que ella vive pendiente del teléfono.
“Cada vez que me suena el celular yo pienso que podrían ser noticias de mi tío. Yo no pierdo la esperanza de que él esté vivo y que tal vez perdiera la memoria o algo así y por eso no ha regresado; hay mucha gente buena y existe la posibilidad de que esté en la casa de alguien o en algún albergue”, expresó.
“También sé que podría no estar con vida, pero aún así nos gustaría dar con sus restos para darle santa sepultura y un cierre a esta situación tan angustiante.
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Las hermanas dicen que debido a la desaparición, su mamá ha tenido serios quebrantos de salud.
“A mi mamá le dio un derrame cerebral por la angustia de no saber dónde está su hermano. Ella estuvo un tiempo en el hospital, pero por dicha ya está en la casa, aunque no está muy bien y se le olvidan cosas, pero de vez en cuando se acuerda de mi tío y pregunta por él, eso la sigue agobiando”, contó Dinora.
Los allegados les piden a las personas que sepan algo que les pueda ayudar con el paradero de don Fernando que llamen al OIJ al teléfono 800-8000-645 o a una de las sobrinas del viejito al 7025-2242.