Con tal solo un foco en mano, un grupo de oficiales de la Policía de Fronteras se metió en plena noche al sector montañoso del sur del país para rescatar a un niño indígena que tenía varios días de estar muy enfermo.
Este sábado los uniformados recibieron la alerta de que en Alto Guaymí, territorio indígena ubicado en punta Burica de Golfito, había un niño de 13 años que tenía mucha calentura y vómitos desde hace tres días y su familia no sabía qué hacer.
Sin pensarlo dos veces los polis agarraron sus focos y todo lo que necesitaban para internarse a la montaña y caminar hasta la casa de la familia indígena.
La falta de luz no fue el único obstáculo que tuvieron que afrontar los oficiales, ya que les cayó un fuerte aguacero que convirtió los caminos en puro barro, por lo que el trayecto se les complicó más de la cuenta. La troleada se prolongó hasta horas de la madrugada de este domingo cuando los oficiales llegaron hasta la casa donde encontraron al pequeño envuelto en unas cobijas.
La mamá del menor les dijo a los agentes que además de la calentura y el vómito su hijo también estuvo sangrando por la nariz y la boca.
Los policías de inmediato coordinaron con el Servicio de Vigilancia Aérea para que enviará un helicoptero, sin embargo, este no podía llegar hasta la casa porque no había un lugar seguro en el cual aterrizar, por lo que a los policías les tocó caminar de nuevo.
Como no había una camilla ni nada parecido, uno de los oficiales se puso al niño sobre su espalda a “caballito” para iniciar el viaje. Los uniformados se turnaron para llevar al pequeño.
Luego de caminar por más de dos horas los agentes llegaron hasta el lugar en donde el helicóptero los estaba esperando, ahí subieron al niño y a su padre, quienes fueron trasladados al hospital de Ciudad Neilly, donde el pequeño ya es atendido por el personal médico.