Los papás de uno de los cinco jóvenes que huyeron el sábado del Centro de Formación Juvenil Zurquí ocultaron a su hijo y a dos compas durante dos días en su casa, pero la suerte se les acabó este martes.
Por medio de un operativo en conjunto la Policía Penitenciaria y el OIJ lograron recapturar a los tres jóvenes, dos de 16 años y uno de 17, que estaban ocultos dentro de una vivienda en el barrio Bella Vista, en El Roble de Puntarenas.
Francisco Velásquez, jefe de la sección de Capturas de la Policía Judicial, explicó que esa casa pertenece a los papás de uno de los muchachos de 16 años.
“A raíz de una información que nos ingresó al mediodía de ayer (lunes), en la cual nos indicaban la ubicación de tres de estos menores es que se coordina con el OIJ de Puntarenas y este martes a las seis y quince de la mañana se procedió a la detención de estos menores”, detalló.
Velásquez dijo que de momento no saben cómo fue que los muchachos lograron llegar hasta Puntarenas, pues la última información que tenían indicaba que agarraron un bus hasta San José y se bajaron en la parada de Caribeños.
La Policía Judicial indicó que aún no han recibido información sobre los otros dos jóvenes, lo único que indicaron es que uno de ellos tiene tres tatuajes: uno en el pecho de unas manos rezando con un rosario alrededor, además de la frase “Dios está conmigo”; un diamante en la pantorilla derecha y la cara de un payaso en la otra pierna.
Más seguridad
Ante la fuga de estos cinco jóvenes, la ministra de Justicia y Paz, Marcia González, visitó la cárcel de menores para revisar la infraestructura, la cual se encuentra muy deteriorada, y determinar las fallas de seguridad existentes.
Según confirmó el ministerio, González ordenó que la malla perimetral y los ámbitos en los que se encuentran los menores sean reforzados los antes posibles.
Además de fortalecer la seguridad, la ministra le ordenó al personal técnico realizar una investigación a lo interno para determinar qué fue lo que pasó y buscar a los posibles responsables.