A dos familias, una en Aguas Claras de Upala y otra en Corredores, se les acabó el negocio de vender drogas, ya que cayeron en manos de la ley.
El primer caso fue en la zona norte, donde un papá, sus hijos y una nuera, supuestamente se daban el lujo de rechazar clientes para, según ellos, evitar ser descubiertos por el OIJ.
Ellos son vecinos de Aguas Claras de Upala, Alajuela, y desde el 2015 las autoridades les seguían los pasos; sin embargo, la captura de esta familia se logró hasta este jueves gracias a cinco allanamientos.
El papá es de apellidos Rivas Rodríguez, de 56 años, los hijos son Rivas Picado, de edades entre los 30 y 40, y la nuera fue identificada como Zúñiga Suárez, de 28.
De acuerdo con las autoridades, los integrantes de la banda primero tenían que comprobar que los compradores eran verdaderos adictos y, para venderles, uno de los miembros le pedía la plata y lo mandaba a la casa de cualquier otro para que le entregaran la droga.
Sin embargo, cuando veían que una persona extraña llegaba a la comunidad, suspendían las ventas por temor a ser descubiertos.
Drogas en bar clandestino
El OIJ de Corredores, en la zona sur, también detuvo a una mamá de apellidos Vargas Vásquez, de 46 años, a sus hijas apellidadas Campos Vargas, de 19 y 21 años, y a un menor de 17 años como sospechosos de vender drogas en un bar clandestino que tenían detrás de su casa, en Villa Darizara en Paso Canoas.
La captura de esta familia fue este miércoles en la tarde, además les decomisaron 120 trozos de pajillas con aparente cocaína y varios envoltorios. El bar fue cerrado y también les quitaron máquinas tragamonedas, licores entre otros.