Los asaltos a peatones en San José subieron. Se calcula que hay entre 25 y 30 denuncias más por mes y entre lo que más llama la atención de las autoridades es que entre los asaltantes hay mujeres dedicadas a hacerles candados chinos a las víctimas mientras otros delincuentes les quitan cuanto pueden.
En agosto hubo 382 denuncias, en setiembre 402 y en octubre 393. Hasta el 11 de noviembre iban por 218 denuncias.
Las autoridades han recibido en lo que va del año 3.729 denuncias de asaltos ocurridos solo en el cantón central de San José. Eso da un promedio diario de entre 10 y 12 casos.
Los lugares donde, según las autoridades, ocurren más asaltos son cerca del Mercado de Artesanías, al costado sur de la plaza de las Garantías Sociales; en las afueras de bares ubicados en el distrito Hospital y en los parques España, La Merced y Nacional. Y, aunque no es del casco central, también son frecuentes fuera de bares y restaurantes de barrio Escalante.
En los distritos Carmen y Catedral es donde se presentan más asaltos con pistolas.
Según explica Diego Castillo, jefe de la Sección de Asaltos del OIJ, en el casco central los asaltantes son por igual personas adultas que atacan solas, menores de edad y mujeres.
“Hemos atendido casos en que la mujer es la que le hace el candado chino a la persona afectada y quien la acompaña le quita las pertenencias”, dijo Castillo.
Los maleantes atacan con rapidez para evitar que la víctima reaccione o que los vea algún policía. Algunos andan bajo los efectos de las drogas, lo cual los hace aún más peligrosos.
Ana Lucía Severino, vecina de Sagrada Familia, sabe bien de qué habla Castillo. Ella fue víctima de uno de esos candados chinos.
“Había ido a visitar a un familiar al Hospital Calderón Guardia y regresaba a la casa. Cuando caminaba por el parque Nacional me topé a dos hombres y a una mujer, solo sentí que me agarraron del cuello, me hicieron un candado chino, la que me tenía agarrada fue la mujer y los otros dos hombres me tocaron toda para ver qué me quitaban, se llevaron los aretes de oro, la billetera con veinticinco mil colones y el celular, que era uno malillo. El cuello me quedó bien rojo”, dijo.
El parque Nacional es uno de los espacios públicos más lindos de la capital, pero en algunas ocasiones es solitario y no hay presencia policial, algo que aprovechan los delincuentes para hacer sus diabluras.
Siempre armados
El jefe Castillo asegura que los asaltantes ahora usan mucho el candado chino, pero sin dejar de lado cuchillos y pistolas; sin embargo, por lo menos en la capital el riesgo de que una persona resulte herida es bajo (o al menos eso indican las estadísticas), aunque hay casos de personas asesinadas durante un asalto.
En la capital también se dan mucho los arrebatos, por ejemplo, la persona va con el celular en la mano y solo siente el jalonazo cuando se lo quitan. Además ocurren asaltos en los cuales los maleantes van en carro o en moto y atacan, sobre todo, en paradas de buses.
“Las horas a las que más se dan asaltos son de cuatro de la mañana a seis de la mañana y de seis de la tarde a la medianoche. Esto es porque, en el caso de la mañana, son las horas en que gente va para el trabajo y hay poca gente (en las calles) y en las noches igual, la gente va devuelta para sus casas. Pero también algunas personas son asaltadas porque salen de los bares bajo los efectos del alcohol”, dijo el investigador.
La mayor cantidad de asaltos se dan viernes, sábados y domingos y la mayoría de las víctimas son hombres; según el OIJ, las mujeres son más cautelosas en el tema de no andar solas en horas de la noche o de la madrugada. Claro, se han dado casos en que una mujer sube a un bus, varios maleantes la siguen, se suben, la asaltan y se bajan a toda prisa.
Por razones obvias, los costarricenses son las víctimas mayoritarias de los asaltos, les siguen nicaragüenses, estadounidenses y franceses.
“Creemos que el aumento que se ha venido dando es por la migración de extranjeros y también de turistas, pero además conforme se acerca el fin de año también aumenta porque la plata está en la calle y anda la lotería navideña”, dijo Castillo.
El jefe policial explica que los bichos buscan sobre todo celulares y joyas; a los extranjeros (turistas) los siguen por las cámaras.
Los bichos les ponen el ojo a los smartphones por lo costosos que son y por que saben que fácilmente les encontraron comprador o los empeñarán para conseguir plata para comprar drogas
Por los robos de celulares, los agentes judiciales realizan constantemente allanamientos en compras y ventas para identificar a las personas que trabajan en esos lugares y también a posibles receptadores.
El principal problema que enfrentan los agentes del OIJ es que algunas personas afectadas llegan a denunciar pero dicen no recordar dónde fue el asalto ni cómo era la persona que las asaltó.
Según Castillo, a veces sí dan direcciones, pero imprecisas.
El agente aclaró que en el OIJ reciben todas las denuncias, indistintamente del valor de los objetos robados durante un asalto.
“Aquí se recibe la denuncia por cualquier monto, lo importante para nosotros es identificar quién comete el asalto y si durante la investigación se logra recuperar el bien, perfecto”, dijo Castillo.
Los lunes los investigadores reciben hasta 30 denuncias. Esto tiene que ver con las salidas de los fines de semana, cuando más gente anda en la calle incluso en las madrugadas y algunas veces después de haber bebido más de la cuenta.
Castillo da el consejo de siempre de parte de las autoridades: “Si una persona es víctima de un asalto que no se oponga, si la persona que lo ataca anda bajo los efectos de alguna droga poco le va importar golpearlo o herirlo”.