Desde que la cantante mexicana, María Trinidad Matus Tenorio, de 25 años, llegó a Costa Rica, la muerte la anduvo rondando.
Así lo comentó el puertorriqueño Fernando Samalot, quien estuvo con Matus dos días antes que la asesinaran, ellos estuvieron en La Fortuna de San Carlos, Alajuela, donde se conocieron e hicieron una buena química porque se trataba del primer viaje que ambos hacían sin amigos o familiares.
“Sirena Marmaid”, como le decían de cariño a la muchacha, planeó este paseo a Costa Rica por considerarlo un país de paz y rodeado de mucha naturaleza, incluso, en abril anterior estuvo pidiendo recomendaciones de lugares para visitar desde su cuenta de Facebook y finalmente llegó a suelo tico el jueves 26 de julio anterior por el aeropuerto Juan Santamaría.
Los consejos que recibió la llevaron hasta La poza El Salto en La Fortuna, el viernes 3 de agosto pasado, ese día Fernando también estaba allí y le llamó la atención ver a la muchacha sola en medio del agua celeste contemplando el paisaje, por lo que no dudo en tomarle una foto.
Fernando siguió caminando con su grupo de amigos que conoció en Costa Rica y luego cuando se toparon de frente con Matus le comentó sobre la foto que minutos antes le tomó y así comenzaron hablar. La mexicana decidió quedarse el resto del día con sus nuevos amigos.
“Se quedó todo el rato con nosotros y a los 10 minutos de haber salido del río pasó una cabeza de agua, esa situación nos sorprendió mucho, incluso, hablamos de lo frágil que es la vida, como puede acabar tan rápido”, recordó el puertorriqueño.
Agregó que en medio de la conversación, ella les mencionó que el esposo de una amiga había muerto ese día, por lo que estaba muy dolida.
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“Dijimos que habíamos esquivado la muerte por 10 minutos y que nos sentíamos emocionados por conocernos, que la vida había que aprovecharla, los dos estábamos contentos de estar cumpliendo el sueño de conocer el mundo solos y encontrarse con gente bella, ella dijo que se iba a quedar unas dos semanas más en Costa Rica”, expresó el puertorriqueño.
Las horas alcanzaron para que la muchacha les enseñara sus canciones, así como una grabación que planeaba lanzar lo más pronto posible, y les comentó el sueño de hacer una gira para mostrar su talento.
“La música que hacía era alegre, divertida y sexy como lo era ella, me preguntó si me gustaba su arte, le dije que claro, que en un futuro me gustaría verla tocando en vivo”, mencionó.
A Fernando solo le quedaba un día más en el país y antes de que se despidieran fueron a las aguas termales de la zona, donde se encontraron con la inglesa Niky Moorhouse; Matus y ella decidieron irse juntas a las playas de Cóbano.
“Al final de la noche todos nos abrazamos y nos deseamos lo mejor, sabíamos que habíamos hecho nuevos amigos que nos volveríamos a encontrar algún día, en algún lugar, pero ya esto no podrá ser”,dijo Fernando.
Amargo amanecer
La madrugada del domingo fue cuando las dos extranjeras fueron atacadas por personas desalmadas, María fue asesinada, mientras Niky sobrevivió al ataque.
“El domingo estaba en el aeropuerto cuando me escribió la pareja de Mar (Matus) y me decía que le habían avisado del asesinato, eso fue lo más triste para mí, no podía creer que la grandiosa mujer que había conocido dos días antes la habían matado”.
“Solo espero que esta muerte no sea en vano, esto le pudo haber ocurrido a cualquier mujer de las que amamos, mi mamá, tu mamá, mi hermana, tu esposa, cualquiera, los hombres tenemos una obligación de defender a la mujeres, todos merecemos disfrutar de nuestras vidas”,dijo Fernando.
Los familiares de la mexicana viajaron a Costa Rica y retiraron los restos de su pariente el lunes por la tarde para llevarlos a México.