Víctor Julio Morales Mora, de 73 años, y su esposa doña Flor María Arias Fernández, de 67, lo perdieron todo en un incendio que dejó en cenizas la casita en la que estuvieron viviendo durante 35 años.
La pareja de viejitos forma parte de las siete familias que se quedaron sin su vivienda por incendio que ocurrió la tarde de este miércoles en Alajuelita, en la cuadra que está a la par de la antigua bomba de ese cantón, en la entrada a la urbanización La Chorotega.
Sentado junto a su esposa en unas sillitas de plásticos que unos vecinos les llevaron, don Víctor contó los momentos de espanto que vivió al ver como las llamas iban destruyendo su hogar y todo lo que estaba adentro.
“Yo en ese momento estaba en el patio sembrando unas cositas y apeando unos chayotes cuando escuché a la gente gritando y vi un montón de humo. Luego vi que de las ventanas salían unas llamaradas, entonces cogí la manguera y empecé a echar agua”, recordó.
Bien dormida
El señor vio que con su manguera no iba a detener el incendio, en ese momento fue que se acordó que su esposa estaba en peligro, pues ella no se había dado cuenta que la casa se estaba quemando.
“Ella estaba en la cama dormida porque ha estado enfermita, entonces me fui espantado a levantarla y salimos juntos, ya después no pude entrar más a la casa y ahí se quedó todo, las llamas venían detrás de nosotros como persiguiéndonos”, añadió.
Morales dijo que él intentó meterse de nuevo para sacar su cédula y los documentos de su esposa, pero unos policías lo agarraron, de inmediato volvió en sí y se dio cuenta que haber hecho eso habría sido una locura.
“Solo sacamos lo que andamos puesto, yo esta ropita, este pantalocito y estas chancletas viejas”, añadió.
Gritos de espanto
Doña Flor dijo que ella no recuerda cómo fue que ocurrió todo, lo único que tiene claro es que su esposo llegó para salvarle la vida.
“Yo lo que recuerdo son los gritos de mi esposo para despertarme, fue algo traumático y espantoso, los gritos de él de que me despertara y corriera para la calle porque la casita se estaba quemando. Yo nada más corrí, no acate ni a agarrar el bolso en el que tenía todos los documentos”, contó.
La señora dijo que esa vivienda no era de ellos, pero la alquilan desde hace 35 años y ahí tenían todas sus cositas de valor. Además contó que no tenían ningún lugar donde pasar la noche.
“Todo mundo se ha acercado y se ha ofrecido para que nos quedemos con ellos, pero a mí no me gusta porque ya estamos muy viejitos, con que nos ayuden a restaurar la casita estaríamos muy agradecidos”, finalizó.
Vecinos ayudaron
La tragedia que estaba ocurriendo en esa cuadra hizo que varios vecinos de otras casas salieran corriendo para ayudar a los afectados, algunos incluso lograron rescatar electrodomésticos y pantallas, los cuales metieron dentro de otra vivienda para resguardarlos.
Uno de los que se fajó para ayudar a los afectados fue Cristian Gómez, quien junto a unos compañeros que trabajan con él en una llantera, lograron rescatar a un joven que estaba encerrado en una de las estructuras que se terminó quemando.
“De un pronto a otro vimos que salía humo de esas casas, entonces nos fuimos corriendo a ayudar. Logramos sacar como a cuatro perritos, pero otros tres se murieron, también sacamos un muchachito que estaba encerrado en una casa, ahí arrancamos el portón con ayuda de la Fuerza Pública”, contó.
Dura pelea
Los bomberos sudaron la gota gorda para poder apagar las llamas, aunque ya no pudieron hacer nada por las siete casas, al menos evitaron que el fuego llegara a otras estructuras.
Pablo Villalta, jefe de Bomberos de barrio Luján, dijo que para atender la emergencia se usaron seis camiones de las estaciones de barrio Luján y Pavas, los cuales batallaron por varios minutos con las llamas.
Aunque no hubo personas afectadas por las llamas, un grupo de cruzrojistas tuvo que atender a ocho personas y un bombero que fueron picados por unas abejas que se alborotaron porque el humo llegó hasta el panal, afortunadamente ninguno tuvo que ser llevado a un centro médico.