La Arquidiócesis de San José confirmó este lunes que se está llevando una investigación en contra del sacerdote Mauricio Antonio Víquez Lizano por supuestos abusos sexuales cometidos en perjuicio de tres hombres, hace veinte años.
El hecho fue dado a conocer por medio de un comunicado de prensa oficial de la Iglesia, en el cual se confirma que recibieron la denuncia de delitos graves en contra de personas menores de edad.
Ante esta situación la Arquidiócesis de San José indicó que Víquez ya se le impusieron medidas cautelares (no se detallaron cuáles), motivo por lo que no puede ejecutar actos propios del ministerio sacerdotal.
“Monseñor José Rafael Quirós Quirós, Arzobispo de San José, ordenó la inmediata investigación que exige la normativa eclesiástica y la prueba obtenida será enviada a la Santa Sede, el martes 21 de agosto, específicamente, a la Congregación de la Doctrina de la Fe, instancia responsable de juzgar estos delitos”, indica el comunicado.
En cuanto a los hechos trascendió que los denunciantes son tres hombres adultos. El primero de ellos presentó la denuncia el pasado martes 15 de mayo de 2018, indicando que los hechos sucedieron hace más de veinte años.
“Los denunciantes afirman haber sido abusados sexualmente por el sacerdote, cuando tenían entre trece y dieciséis años, en las comunidades parroquiales en que el denunciado ejerció su ministerio sacerdotal”, añade el comunicado.
Por su parte la Iglesia indicó que reafirman su compromiso con la lucha contra el abuso sexual, además de que se solidarizan con las víctimas.
Además se hizo un llamado para que personas que hayan vivido alguna situación similar interpongan la respectiva denuncia.
Ya tenía cola...
Esta no es la primera vez que Víquez se ve involucrado en una bronca de este tipo. En marzo de 2016 la Arquidiócesis de San José decidió separarlo temporalmente de las labores pastorales de la Iglesia católica luego de que movimientos gais denunciaran que, en público, predicaba contra las parejas del mismo sexo, pero al mismo tiempo mantenía prácticas homosexuales.
A raíz de esa suspensión al cura se le prohibió oficiar misas públicas y administrar sacramentos. Además se le quitó su representación como enlace entre la Conferencia Episcopal y la Asamblea Legislativa, donde el cura actuaba como vocero de la Iglesia en temas como fecundación in vitro, matrimonio gay y eutanasia ante los diputados.
Víquez fue denunciado en ese momento por los grupos Movimiento Diversidad y Asociación Pro Derechos Humanos Igualitarios, los cuales enviaron notas por separado a la Conferencia Episcopal en la que lo acusaban de doble moral.
En una entrevistada publicada por La Nación en marzo del 2016, el sacerdote aceptó que mantuvo conversaciones de contenido sexual con personas gais y que ha cometido errores en ese sentido, aunque cuestionó lo que debe interpretarse como un “encuentro homosexual”.
“Si encuentro es la parte sexual, digamos, física, le voy a decir que no, pero ahora, el tema es si eso implica salir, estar en el departamento conversando, tomando algo, que un abrazo, obviamente es otra cosa (...). Un abrazo, un beso, bueno, esas cosas pueden ser”, dijo.
Papa con todo
Precisamente, este lunes el papa Francisco se refirió a este tipo de temas, a los cuales prometió no escatimar en doblar los esfuerzos para combatir los abusos por parte de sacerdotes y el encubrimiento de la Iglesia católica.
En una carta dirigida a los católicos de todo el mundo después de las nuevas revelaciones de abuso en Estados Unidos, Francisco intentó proyectar una respuesta firme contra los perpetradores y un lado compasivo para las víctimas.
Francisco pidió perdón por el dolor que sufrieron las víctimas y dijo que se debe incluir a los católicos laicos en los esfuerzos para desterrar los abusos y el encubrimiento. Arremetió contra la cultura clerical a la que se le ha atribuido la crisis, en la que los líderes de la iglesia se han mostrado más preocupados por su reputación que en la seguridad de los niños.
“Hemos descuidado y abandonado a los pequeños” , escribió.
“Nos hemos demorado en aplicar estas acciones y sanciones tan necesarias, pero confío en que ayudarán a garantizar una mayor cultura del cuidado en el presente y en el futuro”, añadió el pontífice.