Trabajar más de tres décadas como agentes en el Organismo de Investigación Judicial no fueron suficientes para cinco de esos funcionarios y resulta que, ahora que están pensionados, se unieron para intentar resolver casos.
El trabajo que hacen en la actualidad va desde descubrir a alguna persona infiel con las manos en la masa hasta sacar del misterio situaciones más grandes como robos, estafas y hacer análisis científicos, de criminología y más.
La empresa se llama Penta Consultores y Asociados y la idea nació del exinvestigador Allan Fonseca Bolaños, quien por muchos años fue el secretario general del OIJ. Tuvo jefaturas y otros cargos y en el 2015 se pensionó, pero el gusto por el trabajo le quedó.
Le comentó la idea al exdirector del OIJ Francisco Segura y a los investigadores Rándall Zamora Zamora y Emilia Damazzio Solano y un quinto excompañero (debió dejar el grupo por una situación personal). Todos coincidieron en que se trataba de una buena oportunidad para seguir haciendo lo que tanto les apasionaba y más que cuatro son graduados de la academia del FBI (Federal Bureau of Investigation). Tanto conocimiento no podía desaprovecharse.
Fue así como en febrero del 2016 fundaron la sociedad anónima que actualmente integran 19 jubilados del OIJ que se destacaron en investigación y en análisis científicos. Y con ellos están tres profesionales en seguridad bancaria, mercadeo y aduanas.
“Nos dedicamos a la investigación criminal, a la asesoría en seguridad y legal. También nos encargamos de revisar casos y hacer análisis. Además con nuestros colaboradores hacemos estudios médico forenses”, contó Francisco Segura, quien dirigió el OIJ hasta el 2015.
Allan Fonseca asegura que su pasión por la investigación siempre fue parte de él y expresó, en son de broma, que una vez pensionado se aburrió de dar vueltas por Santo Domingo de Heredia, donde vive.
“Tenemos un vínculo muy fuerte con la investigación criminal, esto tiene que ver con todos los conocimientos que obtuvimos durante nuestro servicio judicial”, dijo Fonseca.
Randall Zamora fue el agente judicial que estuvo detrás de las averiguaciones del homicidio del periodista Parmenio Medina (asesinado el 1 de julio del 2001 en Santo Domingo de Heredia). Zamora comenzó desde abajo, primero fue conserje y luego conductor de camiones de detenidos, pero siempre tuvo interés por resolver casos.
“Nos puede contactar cualquier persona, tenemos la capacidad de dar charlas a instituciones o a empresas en materia penal”, dijo.
Zamora agregó que mantienen intactos los valores con los que fueron formados. La privacidad es una regla de oro, así que no revelan para quiénes trabajan ni firman contratos con personas que han sido señaladas por actos de corrupción u otros delitos.
“No vamos a desperdiciar nuestro prestigio para darle asesorías a una persona de un nivel cuestionable”, dijo Zamora.
Los investigadores mencionaron que tienen impedimentos legales, por ejemplo, no pueden hacer intervenciones telefónicas ni allanamientos, atribuciones con las que cuentan únicamente los órganos policiales del Estado y si un juez lo ordena.