El futbolista griego Alexánder “el Burro” Rodríguez, de 27 años, fue quien vendió a Erwin Guido Toruño, el narcotraficante conocido como el “Gringo”, para que lo asesinaran en diciembre pasado, según reveló este lunes Wálter Espinoza, director del OIJ, para explicar un operativo realizado este lunes en el que detuvieron a doce miembros más de esa banda.

Espinoza agregó que al jugador se le conocía como “Sander” y se encargó de esconder al Gringo en Grecia, Alajuela, debido a que las autoridades le andaban pisando los pasos. Sin embargo, Rodríguez cambió de opinión y decidió venderlo para que lo mataran.

Toruño confiaba mucho en Rodríguez, tanto así que le dio su “bendición” para que se convirtiera en su hombre de confianza en Grecia y fuera el jefe de una organización dedicada a la venta de drogas en ese lugar.

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Este futbolista cambió su estilo de vida en cuestión de un año, ya que de pronto empezó a vivir lleno de lujos. No obstante, la fiesta se le acabó en abril pasado, cuando el OIJ lo detuvo al realizar un operativo en el que se efectuaron 14 allanamientos.

El OIJ indicó que la banda de Rodríguez era una extensión de la del “Gringo”, quien había detectado que Grecia era un buen mercado para la droga y decidió tener un grupo en ese cantón.

Al Gringo lo asesinaron el 16 de diciembre del 2017, su cadáver lo lanzaron en Bajo Los Ledezma, entre Pavas y La Uruca, San José. Los responsables del asesinato forman parte de un grupo que opera entre Desamparados (San José) y Alajuela, con lo que el Gringo ya había tenido problemas. Algunas personas responsables de la muerte del narcotraficante ya han sido detenidas, pero aún les falta capturar a otras, según reconoció Espinoza.

Durante la investigación establecieron que Sander traicionó al Gringo por el interés de ganar dinero y poder.

Allanamientos

Los agentes de la sección Contra el Crimen Organizado del OIJ, empezaron la investigación contra la organización de Toruño en el 2016 y las indagaciones continuaron después de su muerte, ya que sus “socios” siguieron trabajando. Según Espinoza, las red del Gringo estaba muy bien estructurada.

Debido a lo anterior, este lunes realizaron 12 allanamientos en Pavas, Alajuela y la zona sur del país, en la que detuvieron a 12 discípulos del Gringo. Los investigadores señalan que la organización, además de traficar drogas, hacía tumbonazos (le robaba la droga a otras organizaciones), realizaba cobronazos (deudas) y mataban a las personas con las que tenían conflictos.

“Es normal que estos grupos continúen operando a pesar de que la policía les dé golpes fuertes, porque siempre queda un miembro o una semilla que pretende asumir el lugar del que se eliminó”, mencionó.

A ellos los identificaron con los apellidos: Alpízar Urbina, Calderón Barrantes, Madrigal Mora, Torrente Álvarez, Rojas González, Montoya Villalobos y Ponce Espinoza, Cordero Torrente, Carrillo Ponce, Vargas Ponce, Lozada Díaz y Zúñiga Zelaya.

Durante el operativo, las autoridades decomisaron una AK47, una escopeta, un revólver, una arma 9 milímetros y gran cantidad de municiones, así como dos paquetes de marihuana comprimida, puchos y puntas de cocaína, también hallaron más de ¢7 millones en efectivo y 55 billetes falsos de $100.

Se codeaban entre platudos

Mediante la investigación descubrieron que los integrantes de la organización alquilaban chozas carísimas ubicadas en residenciales de alto nivel económico ubicadas en Santa Ana, La Uruca y Heredia a estás las convertían en casas de seguridad, en las que por lo general vivían cinco personas.

“Los miembros se camuflaban en estas propiedades, que también servían de sitios de planeamiento para comprar drogas o también como lugares de torturas, ya sea para amenazar o asesinar. Ellos habían pensado que podían ocultarse y ser más efectivos si conseguían lugares residenciales donde hubiera poca presencia policial, en donde no levantaran sospechas y pudieran hacer fiestas e invitar a sus víctimas por medio de engaños”, dijo Espinoza.

No obstante, la organización tenía su lugar favorito, conocido como “La Galaxia”, conformado por las comunidades de Villa Esperanza, Libertad y Pueblo Nuevo de Pavas, en estas zonas eran donde se sentían más cómodos y en el que realizaban la mayor parte de sus ventas.

Contratados para cometer asesinatos

El líder judicial afirmó que el fuerte de la organización era la venta de drogas, pero en ocasiones eran contratados para que asesinaran a otras personas. “A veces recibían solicitudes de grupos cercanos y les pedían que utilizaran a los sicarios del grupo para que acabaran con alguien que de alguna manera los estaba afectando”, dijo Espinoza.

Sostuvo que la banda seguía viva, sin embargo había perdido fuerza, reacción y agresividad. El grupo obtenía la droga en la zona sur y la llevaba hasta el Valle Central, para distribuirla en puntos de venta ubicados en La Uruca, principalmente en La Carpio y Bajo Los Ledezma, en Pavas, Alajuelita, Hatillo, Grecia, Naranjo y Palmares.

La droga se las daba una mujer identificada como Kristel Gómez Espinoza, conocida como la Reina del Sur, quien era socia del Gringo, ella actualmente está en fuga y forma parte de las seis personas más buscadas por el OIJ.

Los investigadores indican que esta banda era muy violenta y que gracias a las capturas se ha dado una disminución en los homicidios en San José, según ellos, unos 19 crimenes.

A los detenidos este lunes se les acusa por tráfico internacional de drogas y homicidios. Todos serán puestos a las órdenes del Juzgado Penal de San José para definir si se les dará prisión preventiva o medidas cautelares.