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Fernando Badilla Badilla, de 66 años, murió quemado cuando el humilde ranchito en el que vivía se incendió.
El suceso se dio este sábado a las 11:35 de la noche en la calle La Cascabela, en Los Filtros de Alajuelita.
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El viejito vivía solo y acostumbraba acumular todo tipo de materiales, lo que dificultó que pudiera salir de la casa e hizo que el fuego avanzara más rápido.
El bombero Andrés Hernández, dijo que este domingo en la mañana varios rescatistas y agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) estuvieron revisando el lugar del suceso con detenimiento.
“En el estudio que estamos iniciando se empieza por descartar la presencia de productos acelerantes como gasolina, por eso trajimos un perro que está especializado en detectar este tipo de sustancias. Se recogieron dos muestras, eso debe ser analizado en laboratorio.
“Es importantes tener en cuenta que aunque el perro haya detectado ese tipo de químicos, el análisis debe detectar el tipo de producto para constatar si estamos en presencia de algo que no es lo correcto”, explicó.
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El bombero también habló sobre el hecho de que el fallecido era acumulador.
“Eso le dificultó no solo el poder salir del ranchito, sino también aumentó la carga de fuego. Guardaba cartones, papeles, madera y cosas de esa naturaleza que, en presencia de fuego, rápidamente entra en combustión”, añadió el especialista.
Se alumbraba con candelas
Hernández, además, informó que al revisar el lugar descubrieron que la casita en la que vivía el adulto mayor no tenía electricidad.
“Estamos analizando qué fue lo que inició las llamas, sabemos que el señor se alumbraba con candelas y que preparaba los alimentos con una especie de cocina. También sabemos que él fumaba, cualquiera de esas cosas podrían haber generado el fuego”, relató el bombero.
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El cuerpo de don Fernando quedó en medio de la pequeña vivienda que no tenía divisiones, era un cuadro de latas con piso de tierra.
Los socorristas detallaron que el viejito acostumbraba cerrar el rancho en las noches con una cadena, a la que le ponía un candado, esta mañana al revisar el lugar vieron que este seguía cerrado, es decir, la víctima no logró llegar a la puerta.
Los vecinos de Badilla todavía no salen del asombro de saber que ya no volverán a ver al viejito.
“Él era una buena persona, vivía de la pensión que tenía. Vivía solo y cuando salía a hacer compras o algo así saludaba a la gente y hacía bromas, era muy llevadero”, expresó José Berrocal.
Los bomberos hacen un llamado a la población a incrementar las medidas de prevención para evitar más muertos por el fuego. Ya son 29 los fallecidos por esta causa, es la cifra más alta de los últimos doce años.
