Los familiares de la policía Karen Calvo Leitón están muy agradecidos con la Virgen de Los Ángeles porque aseguran que ella les hizo el milagro de salvar la vida de la oficial, quien ya salió de cuidados intensivos y hasta puede comer solita.

La poli, de 27 años, resultó gravemente herida el pasado lunes 16 de julio cuando la patrulla, en la que iba con dos compañeros más, chocó contra un camión.

Lamentablemente el oficial Carlos Cortés Serrano, de 43 años y quien iba en la parte de atrás del carro policial, falleció en el accidente. Mientras que el conductor de la patrulla, Ezequiel Hidalgo, solo sufrió golpes leves y lo dieron de alta horas después del choque.

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Según contó Patricia Calvo, hermana de la sobreviviente, ellos siempre han sido devotos de la Negrita.

“La vida de Karen es un milagro, porque el golpe del accidente fue muy fuerte. Ella estuvo entubada y conectada a muchas máquinas durante cuatro días.

“Ya ella habla y no tiene ninguna lesión en el cerebro. Dios ha sido misericordioso y ha escuchado todas las oraciones de quienes nos han estado apoyado en estos momentos tan difíciles”, agregó.

Mauricio Acuña, esposo de Karen, contó que la oficial primero estuvo internada en el hospital Max Peralta de Cartago, pero ahora está en el hospital del Trauma, en La Uruca.

“A ella le hicieron exámenes en la cabeza y la columna, gracias a Dios salieron bien. Ahora está a la espera de una cirugía que le deben hacer en la pelvis porque tiene una fractura, pero por dicha ella está muy positiva.

“Ya Karen come sola aunque sigue muy adolorida, pero eso es normal por los golpes tan fuertes que recibió", contó el esposo.

Acuña dijo que la policía cumple años este 1° de agosto, pero esta vez la celebración será muy distinta.

“Esperamos poder ir a ver a la Negrita cuando Karen salga del hospital para celebrar la vida y dar gracias por todo lo bueno”, añadió.

Policías de corazón

Mauricio también es oficial de la Fuerza Pública y dice que, pese al riesgo que se corre a diario, él ama su oficio.

“Yo soy policía de corazón, lo soy desde hace once años y esto es lo que disfruto hacer. Así que espero que Dios me dé muchos años más de vida para continuar en esto”, relató.

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El uniformado reconoce que una de las mejores cosas que le ha dado el trabajo fue precisamente conocer a su esposa, a quien vio por primera vez en un operativo.

La pareja tiene una hija de siete años y, según contó Acuña, estos días se ha estado quedando en la casa de la abuelita materna. El oficial espera pronto tener a su familia reunida en su casa nuevamente.