La casa cuna de la cárcel Vilma Curling, mejor conocida como el Buen Pastor, será el nuevo hogar de la exministra de Turismo de Rumania Elena Udrea y de su pequeña bebita de apenas diez días de nacida.
Udrea fue detenida la mañana de este miércoles por agentes del OIJ-Interpol Costa Rica mientras caminaba junto a su pareja por Sabana Oeste. En un video suministrado por la Policía Judicial se alcanza a ver un coche rosado para bebé en el que, aparentemente, estaba la hijita de la rumana.
Gustavo Chinchilla, jefe de OIJ- Interpol Costa Rica, confirmó que la bebé de Udrea nació en Tiquicia porque cuando llegó al país, el 7 de febrero de este año, ya tenía varios meses de embarazo.
“El hecho de que tenga un arraigo familiar, una hija aquí, no es obstáculo para que el proceso de extradición se lleve a cabo, al menos hasta el momento. En cuanto al padre este tampoco es costarricense”, indicó Chinchilla.
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Una fuente judicial confirmó que como la bebé está recién nacida, Udrea será llevada a la casa cuna del Buen Pastor para que pueda estar con la pequeñita, esto debido a que esta en la etapa de lactancia.
El tiempo corre
Chinchilla explicó que ellos sabían sobre la presencia en el país de Udrea y de su amiga la exfiscala contra el crimen organizado Alina Bica, quien también fue detenida este miércoles.
Sabían que estaban aquí desde que llegaron, en febrero, pero no habían podido hacer nada pues la orden de captura fue tramitada por un juez tico a inicios de setiembre.
“Una vez que realizamos la detención el gobierno que lo requiere tiene dos meses para finalizar todos los trámites necesarios; sin embargo, las personas que se encuentran detenidas en este momento también tienen derecho a ciertos recursos para tratar de que ese proceso no se lleve a cabo”, explicó Chinchilla.
El jefe judicial dijo que aunque ambas mujeres tienen su estado migratorio al día se les detuvo pues la alerta roja emitida por la Interpol las señala como personas extraditables. Añadió que ambas solicitaron que se les diera refugio en el país, pero eso sigue sin resolverse.
Chinchilla finalizó diciendo que las rumanas no tenían ningún bien a su nombre en el país; sin embargo, usaron su dinero para alquilar algunas propiedades, especialmente en Curridabat, Sabana y Escazú.