Un exjuez estadounidense que está a punto de ser condenado en su país por varios delitos venía a menudo Costa Rica con un grupo de abogados con los cuales algunas veces se enfiestó rodeado de prostitutas y fumando marihuana.
Se trata de Casey Moreland, exjuez de Sesiones Generales del Condado de Davison, en Tennessee. En mayo de este año Moreland se declaró culpable de ayudar a dos acusadas a cambio de sexo con él, de interferir en una investigación que el FBI llevaba adelante en su contra y de robar plata de un programa destinado a la ayuda de personas adictas a las drogas.
El medio de comunicación News 4, de la cadena NBC, fue el que destapó el caso del exjuez e indicó que Casey, de 60 años, venía al país a menudo, pero no detalló el número de visitas.
“Los documentos de la sentencia indican que Moreland viajaba regularmente a Costa Rica con ‘varios abogados que comparecieron ante él’ y que en estos viajes, los asistentes contrataban regularmente a prostitutas locales y, a veces, fumaban marihuana”, indica la publicación del medio.
Los fiscales que llevan el caso no dieron a conocer el nombre de los abogados que acompañaron al exjuez, pero sí indicaron que los viajes a Tiquicia se iniciaron en el 2012 y continuaron hasta enero de 2017, cuando empezó la investigación federal.
Moreland no habría cometido ningún delito en territorio costarricense, pero la Oficina de Procurador de los Estados Unidos dijo que estos “viajes” a nuestro país con abogados de quienes debía haberse mantenido distanciado iban en contra de todos los principios que un juez debe respetar.
“Dijeron que esto no solo violaba las reglas que los jueces debían seguir, sino que ‘fomentaba una atmósfera de amiguismo y favoritismo’ donde Moreland y los que estaban cerca de él estaban exentos de las reglas que regían la conducta de todos los demás", destacó el medio en su publicación.
Entre las pruebas que tienen los fiscales están varias fotos en Costa Rica que el exjuez subió en su perfil de Facebook. En una sale junto a un abogado de apellido Lewis que es amigo suyo, pero él no fue incluido en el caso.
Se destapó el tamal
Los chanchullos del exjuez salieron a la luz luego de que el medio estadounidense empezó a investigar la relación que tenía el abogado con una joven de nombre Leigh Terry, quien se quitó la vida una semana después de regresar de un viaje (dentro de Estados Unidos) en el que andaba con Moreland, Lewis y otra mujer llamada Natalie Amos.
Amos contó luego que ella y su amiga (Leigh) fueron amantes del juez y que este les ofreció ayudarlas en sus casos, pero les exigió a cambio tener sexo con él.
“Amos dijo que Moreland le había hecho favores; por ejemplo, la ayudó a desaparecer sus multas de tráfico y borró las multas judiciales que tenía”, indica el medio de comunicación.
Como vio que la cosa se puso fea luego de que Amos destapó el tamal, Moreland, según una acusación federal, planeaba ofrecerle a la mujer un soborno de más de $5.000 (¢2,5 millones) para que dijera que todo lo que contó al medio gringo era mentira.
Hasta que sonó
El exjuez fue detenido en abril de 2017 por agentes del FBI luego tratar de de interferir en la investigación que se estaba llevando en su contra por un supuesto delito de abuso de poder por, como se dijo, ofrecer favores a amigos y amantes a cambio de sexo y de otros beneficios.
Moreland se declaró inocente de todo esto y el juzgado le permitió permanecer fuera de la cárcel en libertad bajo supervisión.
Sin embargo, el FBI volvió a detener al exjuez en marzo de 2018 e indicó que el hombre había tratado de destruir parte de la prueba del caso y de presionar a un testigo para que cambiara su declaración.
Este miércoles 21 de noviembre los fiscales federales solicitaron una condena de cinco años de cárcel para Moreland y señalaron que la sanción va por encima del promedio por tratarse de una persona que debía hacer respetar la ley, no romperla, que fue de lo que en realidad se ocupó. Se espera que los jueces den a conocer la sentencia el próximo viernes.