Encantador, con facilidad de palabra, con poder de convencimiento y mucha seguridad en sí mismo, estas características le quedan a la medida a un gran empresario o a una persona exitosa, pero estos rasgos también forman parte del perfil que tienen los asesinos en serie.
El último caso de un homicida de este tipo en el país fue el de Hilario López Rojas, quien la semana pasada fue condenado a 90 años de cárcel por los homicidios de Anacedy Salazar Carrillo (14 de febrero de 2017) y la modelo Isamar Córdoba Ramírez (11 de mayo de 2017).
Para que alguien sea considerada a nivel policial como un asesino serial debe cometer al menos tres crímenes similares, pero en este caso el OIJ hizo una excepción ya que indicó que López cumplía con todas las características, como por ejemplo el ritual de atacar en fechas especiales para él, como el Día de los Enamorados y su cumpleaños.
Gerardo Castaing, criminólogo y exagente del OIJ, explicó que estos homicidas tiene un perfil muy particular, pues aunque muchos los consideran locos, más bien son personas sumamente inteligentes, que usan todo tipo de artimañas para cumplir con su objetivo: acabar con la vida de su víctima.
“Son psicópatas sanguinarios y tienen características peculiares, como por ejemplo que son seres humanos encantadores, con facilidad de palabra, no sienten temor y hacen de la mentira un arte. La culpa de los actos que ellos cometen se la trasladan a la víctimas. Dicen que ellos no matan, que las víctimas hicieron que las mataran. Además, suelen ser narcisistas y manipuladores”, dijo el experto judicial.
Doble vida
Una de las cosas que muchos no se explican es cómo una persona tan despiadada puede mantener una vida normal, al punto de tener una pareja y hasta hijos, pero para Castaing esto es parte del comportamiento típico de estos asesinos, quienes logran mantener una doble vida sin levantar sospechas.
“Generalmente, en el caso de los hombres, son personas que no tienen relaciones muy duraderas, a excepción de que la pareja no sea un obstáculo para que pueda desarrollar sus actividades criminales. Son sumamente inteligentes, entonces van a desarrollar todas las actividades sociales necesarias para pasar desapercibidos”, añadió.
Un ejemplo es lo que hacía López en redes sociales, ya que tenía un perfil de Facebook en el que salía con su pareja y sus pequeños hijos, pero tenía otros dos en los que aparecía como un hombre soltero y en su lista de amistades solo tenía mujeres.
Motivación y ritual
Según el criminólogo, cada asesino serial tiene su propio ritual que lo identifica, es una especie de firma personal para atribuirse los crímenes que comete. En el caso de López era atacar durante fechas especiales para él y usar el cuchillo que acostumbra utilizar en su trabajo como agricultor.
“Parte de las característica del ritual es que la Policía sepa que son ellos los que están actuando, eso los llena de satisfacción. Hay algunos que incluso guardan recortes de periódicos de sus crímenes pues se sienten orgullosos de lo que hacen”, explicó el experto.
“La motivación para matar puede ser variada, generalmente las víctimas representan algo que ellos tienen la necesidad de eliminar. Por ejemplo, si un asesino se enamoró de una mujer de pelo largo negro y esta lo dejó por otro, pueden haber predisposiciones mentales que lo hagan querer matar a mujeres parecidas a ella”, añadió.
Castaing explicó que muchas veces la motivación más bien es producto de una experiencia que vivieron en algún momento de su vida y que no supieron manejar por algún tipo de inestabilidad mental, lo que causa que tenga una respuesta violenta ante situaciones similares a ese acontecimiento.
Otra característica de los asesinos en serie es que empiezan a matar cerca de donde viven, como lo hizo López, pero conforme ganan experiencia van ampliando su “terreno”. Además, explicó que estas personas estudian muy bien el lugar donde van a atacar para así saber por dónde van a huir.
No bajar la guardia
El criminólogo dijo que es muy difícil detectar el comportamiento de un psicópata de este tipo, por lo que lo mejor es nunca bajar la guardia y no dejarse llevar por su encanto o habladas.
“En el caso de las mujeres, no deben de ninguna manera ni bajo ninguna condición tener contacto con hombres que las llamen o les ofrezcan trabajos de la nada, o que las busquen para citas a solas, siempre deberían hacerse acompañar de otras personas”, mencionó.