Desde hace 20 años el luminol se convirtió en una aliado de los agentes judiciales para detectar rastros de sangre en lugares en los que a simple vista no se ven porque fueron limpiados.
Esta sustancia es un compuesto químico que para activarse necesita de agentes oxidantes, como el agua oxigenada. La sustancia produce una luz como resultado de una reacción química. El brillo dura unos 30 segundos, suficiente para que los forenses fotografíen la posible presencia de sangre en la escena del crimen.
Pero para que se dé la reacción se necesita un catalizador y es ahí donde entra en juego la sangre. La hemoglobina contiene hierro y es ese metal el que actúa de catalizador, disparando la reacción y revelando la presencia de sangre aunque sea en cantidades muy pequeñas.
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Normalmente el luminol es de las últimas pruebas que se realiza en una escena del crimen, ya que los químicos podrían dañar otras evidencias.
El primer caso en el que los agentes del OIJ usaron luminol en el país se dio en noviembre de 1998.
Una jovencita de 15 años mató a la mamá, al papá y al hermano menor y luego los tiró a un río. El atroz hecho se dio en San Blas de Moravia, San José.
Los papás de la joven se llamaban José Narciso Montero Valverde y Ana Isabel Méndez Vargas. Los atacó en la noche mientras dormían; a él le pegó tres balazos entre la cabeza y pecho con un revólver calibre 22.
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Luego disparó en cinco ocasiones contra su madre, mientras a su hermano de nueve años, quien escuchó bulla y entró al cuarto, le disparó en la cabeza.
La muchacha los cambió de ropa, luego subió los cadáveres al carro de la familia y los llevó hasta un puente sobre el río Virilla y ahí empujó el auto al vacío.
Luego de días de investigación, los agentes judiciales empezaron a sospechar de la adolescente y dos semanas después del suceso llegaron a la casa de la familia y por primera vez usaron luminol.
La sustancia permitió a los investigadores establecer que las tres víctimas fueron asesinadas en la vivienda pese a que para ese momento ya estaba limpia y ordenada.
El químico reveló la presencia de sangre por toda la casa. El Tribunal Penal Juvenil de San José encontró a la menor culpable del triple homicidio y le impuso una pena de 15 años de cárcel, la cual ya cumplió. Sobre este caso absolvió al novio de la joven, de 21 años, a quien inicialmente también se le acusó por el triple homicidio.
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Crimen de venezolana
La investigación más reciente en la que el OIJ usó la sustancia es la investigación por el homicidio de la venezolana Carla Stefaniak.
La extranjera fue vista con vida por última vez el 27 de noviembre en Villas Le Mas, en San Antonio de Escazú, donde se estaba hospedando. Cinco días después los agentes judiciales encontraron el cuerpo de ella el cual estaba semienterrado dentro de la propiedad.
Al revisar la habitación de Carla con luminol los investigadores encontraron rastros de sangre, por lo que determinaron que fue atacada ahí. Para hacer las pruebas tuvieron que poner plásticos negros alrededor de la escena para oscurecer el lugar, ya que el brillo que causa la sangre no se ve en la claridad.
La autopsia reveló que el cuerpo de la mujer, de 36 años, tenía heridas de cuchillo en el cuello y los brazos.
El sospechoso de la muerte es el guarda de las villas, de apellido Espinoza, quien está detenido. Él vivía en una villa aledaña a la que estaba usando la víctima y según se supo tenía acceso a las habitaciones.