Mario y Carlos Caicedo, hermanos de Carla Lucía Stefaniak, llegaron este fin de semana a Estados Unidos y cargaban un baúl con las cenizas de su pariente, quien fue asesinada dentro de un cuarto en Villa Le Mas, en calle Hoja Blanca en San Rafael de Escazú.
Joseph Rivera, abogado de la familia, comentó que el papá de Carla pensaba lanzar los restos en el mar o a un bosque.
“Don Carlos, además del asesinato de su hija, afronta el dolor de saber que su mamá (abuela de Carla) tiene cáncer terminal. Incluso, después de estar en Costa Rica él se fue para Venezuela a ver a su mamá y lo que nos dijo es que su hija era tan aventurera que a él le gustaría dejar las cenizas en un bosque o en el mar, lugares que a ella tanto le gustaban”, mencionó Rivera.
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El medio de comunicación estadounidense Telemundo 51, entrevistó a los hermanos cuando llegaron al aeropuerto internacional de Tampa, Florida.
“Nosotros primero vamos a calmar todo este dolor, trataremos de asimilar esta pérdida tan enorme que hemos tenido”, le dijo Mario Caicedo a los periodistas mientras cargaba el baúl.
Agregó que el asesinato de su hermana les ha dejado una enorme enseñanza: “Las mujeres tienen que cuidarse mucho, especialmente cuando viajan, sé que mi hermana quisiera que dé este mensaje para que no le pase a ninguna mujer lo que le sucedió a ella”, añadió.
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En declaraciones al diario Miami Herald, Mario describió a su hermana como una persona fuerte e independiente, esa forma de ser fue la que la llevó a cruzar varios horizontes, visitó países de Europa y también de América, su última parada fue Costa Rica.
“Ella tenía un espíritu libre que hacía que otras personas se sintieran libres... Es por eso que ella ganó tantos corazones, pero ahora los nuestros están rotos”, dijo Mario.
Stefaniak se dedicaba a vender seguros de carros, su exjefa Vanessa Hernández le dijo a los periodistas del Miami Herald, que Carla ella tenía una perrita de nombre Sasha, que amaba tanto como si fuera su propia hija.
“Nuestros clientes decían que este lugar es como ningún otro porque usted podía comprar un seguro de alguien tan dulce como Carla y recibir terapia de cachorros gratis”, dijo Hernández.
En Costa Rica, los abogados siguen esperando el informe final del OIJ para luego poner la denuncia.
La venezolana, quien residía en Estados Unidos, llegó a Costa Rica el 22 de noviembre y el 27 de ese mismo mes, cuando debía tomar el vuelo de regreso, se reportó su desaparición. Ella vino al país a celebrar su cumpleaños 36.