“Bigotes”, era como le llamaban de cariño al viejito Guido Rodrigo Araya Garita, vecino de la urbanización Chapultepec de Curridabat.

En el barrio y los alrededores era muy conocido, siempre fue una persona amable y cumplía cuanto favor le pidieran, pero lamentablemente después de cumplir con una de estas cortesías fue asesinado de un balazo en la cabeza, en la puerta de su casa por un hombre de apellido Saborío, de 29 años.

Don Guido fue despedido este domingo en la tarde en la iglesia de Curridabat y luego lo sepultaron en el cementerio de la localidad.

Él era pensionado y además de ser cortés se caracterizó por ser una persona trabajadora. Los vecinos lo recuerdan caminando con sus enormes bigotes, cargando una caja tipo maleta en la que llevaba los materiales de construcción.

La noche del viernes anterior ya estaba descansando en casa, junto a su esposa. Eran las 7:45 p. m. cuando le llegaron a tocar la puerta, eran dos mujeres vecinas del condominio El Solar, que está al frente de la casa de él. Ellas le pedían ayuda para cambiar un llavín, pues se habían quedado afuera.

Don Guido, con su eterna bondad, se levantó para ayudarles. El guarda del condominio le pidió que no se tardara mucho y el viejito, eficaz y obediente duró 10 minutos. Salió y le dijo al guachi: “adiós compadre, ya terminé, hasta mañana”. El viejito caminó unos diez metros, cruzó la calle y cuando intentaba entrar a la puerta de su casa lo sorprendió por detrás Saborío, quien le disparó en la cabeza.

A esa hora, Francisco Salas, esposo de una sobrina de don Guido, estaba atendiendo en la pulpería para la que trabaja, a pocos metros del lugar del suceso y lo sorprendió el estruendo. Uno de sus hijos salió a ver qué pasaba y vio al tío agonizando.

“Cuando salí vi a un hombre a la par de tío Guido (era Saborío), pregunté que quién le había disparado y ese hombre me dijo que había sido él, que discutió y se le activó el arma, luego agregó que había sido un accidente”, expresó Salas.

Una patrulla policial pasaba en ese momento, detuvo al sospechoso y le decomisaron la pistola.

Dentro de la casa de don Guido, estaba la esposa esperándolo. Cuando los cruzrojistas llegaron, el viejito ya había muerto.

Salas mencionó que en ese momento no sabe cómo contuvo sus emociones, pero le duele la forma en la que le arrebataron a su ser querido, quien era tan inofensivo y servicial con todo el mundo.

Se molestó por bulla

Los investigadores judiciales dijeron que no tienen claro las razones del ataque, pero al parecer Saborío se molestó por la bulla que hizo don Guido mientras trataba de abrir la puerta.

“Las circunstancias no están muy claras, parece que el imputado estaba molesto porque estaban martillando en una casa y ya era un poco tarde para él”, mencionaron en la oficina del OIJ.

Los lugareños afirman que aún era temprano y agregaron que no es la primera vez que tenían problemas con Saborío, ya que constantemente le molestaba que le oliera a comida o que los vecinos lavaran en la noche.

Carlos Araya, hermano de don Guido, dijo que lamenta como perdió a su hermano, sobre todo porque no le hizo daño a nadie.

Loryi Araya, sobrina de don Guido mencionó que para este lunes su tío tenía una operación en la vesícula, en el hospital San Juan de Dios y el viernes temprano le había pedido que le cortara el pelo, según él para ir guapo a la cita.

“Mi tío siempre fue especial. Lo que le pido a las personas es que si tiene problemas de ira busquen ayuda, el mundo está muy contaminado por lo que nos pasa a nosotros mismos, porque puedo tener un problema con alguien, pero la forma en la que lo arreglo es lo que hace la diferencia”, expresó la sobrina.

El sospechoso permanece a la orden de las autoridades esperando que el juzgado le dicte las medidas.