Con los recientes actos xenofóbicos ocurridos en el país y ante la creciente migración de nicaragüenses y otros extranjeros a nuestro territorio, el ministro de educación Edgar Mora, firmó una directriz este viernes pidiéndole a los maestros y profesores que estén ojo al Cristo para convertir los centros educativos en espacios libres de discriminación.
“El más absoluto repudio a toda manifestación que llame al odio o a la violencia contra poblaciones de distintas nacionalidades que habitan temporal o permanentemente en nuestro país, independientemente de su estatus o condición migratoria”, declara Mora.
Recordó a los educadores que deben considerarse como discursos de odio todas aquellas manifestaciones (verbales, escritas o de cualquier otra índole) que buscan hacer daño, mediante la hostilidad, la discriminación y la violencia, hacia una persona o grupo de personas por pertenecer a un determinado grupo social o demográfico.
La directriz les recuerda lo establecido en el reglamento a la Ley de Carrera Docente y sus reformas que los obliga a no hacer o promover prácticas discriminatorias hacia alguna persona servidora, estudiante o externa a la institución por razón de su etnia, género, orientación sexual, identidad de género, religión, discapacidad o por cualquier otra contraria a la dignidad humana.
“Ningún estudiante vale menos que otro y todos merecen nuestra comprensión, respecto de su historia personal y su anhelo de felicidad. Nuestros jardines de niños, escuelas y colegios son santuarios para los inmigrantes y la xenofobia no los debe vulnerar”, dijo Mora.
Sobre la matrícula y evaluación de conocimientos de estudiantes provenientes de un sistema educativo distinto al tico, la directriz recapitula los reglamentos vigentes para esas situaciones y detalla cómo deben proceder los directores de escuelas y colegios en cada caso.
Por ejemplo, si una persona migrante no cuenta con documentos para probar el nivel educativo que tiene o el último grado que cursó, su matrícula se definirá tomando en cuenta su edad, y mediante la aplicación de pruebas especiales de ubicación que contemplen los objetivos y contenidos del programa de estudios del último año que afirme haber cursado y aprobado.