Gracias a que don Germán Jiménez se picó, el planeta está cada vez más cerca de tener combustible hecho a base de plástico para mover máquinas y carros.
La genial idea surgió hace cuatro años y medio, cuando, a través de un amigo, Jiménez, quien es ingeniero químico, se dio cuenta de que un pulseador estaba haciendo biodiesel en San Carlos sin ser profesional.
“Me dije que cómo era posible que siendo ingeniero químico yo no supiera hacer biodiesel y una persona a puro valor estaba logrando hacerlo. Me reté a mí mismo a hacer algo que se pudiera aprovechar de la misma forma y me puse a investigar y a las dos semanas me encontré una tesis de doctorado de un muchacho en Nueva Zelanda donde hablaba sobre eso, fui donde mi amigo y le propuse que lo hiciéramos. Fuimos a un lugar en Guápiles donde tenemos un reactorcito y demostramos físicamente que se podía hacer”, explicó Jiménez.
Así nació la empresa Balanced Energy, con la idea de aprovechar el plástico de desecho como consciencia social. A brincos y saltos han ido poniéndole, pero la falta de recursos económicos les ha impedido dar el gran salto a nivel industrial.
Sin embargo, la idea es tan importante para el planeta que ganó una competencia regional organizada por Unilever (Solá) y se hizo acreedor de un premio de poco más de 10 melones (unos $17.053).
Con esa platica podrá dar ese salto hacia la industrialización y pasar de producir de 10 a 15 litros de combustibles por hora a entre 250 y 500 litrotes.
“Esta oportunidad nos va a dar un impulso enorme no solo en lo económico sino también con el suministro de la materia prima y eso nos permite pasar de ser una idea a un negocio”, explicó el pulseador.
Por cada litro de combustible se requiere un kilo de plástico, por lo que si logran producir los 500 litros se convertirían en unos de los recicladores más grandes del país.
Los mejor de todo es que cada litro de gasolina transformada desde el desecho plástico costaría alrededor de ¢250 colones, versus las 600 cañas que cuesta, en promedio, un litro de gasolina en Costa Rica en este momento.
“Son diferentes tipos de combustibles los que se pueden producir: (mitad diésel - mitad gasolina o 40% bunker (restos de combustible) y un poco de diésel) uno modula qué es lo que quiere sacar. Para este caso que vamos a sacar con Unilever un combustible pesado que es el que van a usar ellos en las calderas, pero tiene el mismo rendimiento. Lo calentamos, la partimos en pedacitos y lo purificamos para hacerlo un combustible que pueda funcionar en los vehículos. Además, con algunas fracciones también de gas, tipo propano, butano o metano, y carbón, pueden usarse para cocina y procesos industriales, respectivamente”, agregó el ingeniero.
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¡Sirve para los carros!
Ellos han probado ya su combustible en carros y en sistemas de generación de energía, pero ahora lo harán en las grandes ligas.
Balanced Energy se alió con Cobybsa quienes tienen una filosofía ambientalista muy fuerte también y juntos han venido desarrollando el proyecto.
“Unilever nos va a dar su plástico y nosotros ofrecemos el servicio de conversión. Nosotros no le estamos vendiendo a ellos combustible, lo que estamos haciendo es transformándole los desechos en algo que a ellos les funciona para su proceso, eso se llama economía circular. Si hubiera otras empresas interesadas en realizar lo mismo, eso nos ayuda a evitar que el plástico llegue al medio ambiente. Nuestra visión a largo plazo es encargarnos de un cincuenta por ciento del plástico de desecho e impedir que llegue a las playas y la naturaleza”, aclaró don Germán.
Jiménez fue uno de los 20 finalistas entre 300 participantes de Centroamérica, lo que para él ya era un gran honor. Considera que el entrenamiento que les dieron en mercadeo, administración, finanzas a ellos fue de primer nivel, que incluso sin haber salido favorecido, ya se sentía ganador.
“El plástico, al igual que la gasolina vienen del petróleo, los dos son hechos a base de petróleo. El plástico son moléculas más puras de petróleo, lo que hacemos es descomponer esas moléculas y ajustarlas al mismo nivel que la gasolina o el diésel. Desde el punto de vista químico son muy similares y no hay que hacerles modificación a los vehículos para poder usarlo”, comentó el pulseador.
Por su parte, Marina Rodríguez, gerente de asuntos corporativos y sostenibilidad de Unilever para Centroamérica explicó que la empresa busca brindarle a los consumidores la tranquilidad de que cualquiera de sus productos no afecten al medio ambiente.
“Esta es una excelente opción que como industria lo podemos hacer y beneficia a la compañía también, generando un eventual ahorro y ayuda a la economía circular. Ojalá otras empresas se sumen también con Germán para potenciar el proyecto”, explicó Rodríguez.
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