Las palomas de Castilla que revolotean por nuestra capital se ven bonitas y llaman la atención, pero son una plaga y lo sabemos.
La Municipalidad de San José lo tiene claro y ha dedicado lo que llevamos de este año a cumplir los requisitos para comenzar a bajar la población en el 2019. Lo hará mediante la esterilización para dejar una cantidad que sea manejable y no represente un peligro para la gente ni dañen los edificios como lo hacen ahora.
Ya se tiene todo adelantado para que las palomitas comiencen a “tomar” anticonceptivos casi desde principios del año que viene. En la Muni explican que será en la comida donde les pondrán el producto que deben ingerir a diario las hembras para “dejar de tener bebés”.
Desde el 2015 se viene trabajando en el proyecto de esterizarlas, sin embargo, los requisitos a cumplir con el Ministerio de Salud, el Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) y la Ley de Protección de Vida Silvestre no han permitido que avance con rapidez.
Ya está todo en la etapa final y este año debería terminar con el cierre de la parte de trámites para arrancar año nuevo con pastillita nueva. Para eso hace falta construir (o comprar) comederos, que se colocarán después en lugares estratégicos visitados con frecuencia por las plumíferas habitantes de Chepe.
Maíz con anticonceptivo
En Génova, Italia, y en Barcelona, España, ya utilizan este método de esterilización. En esas ciudades pusieron comederos automáticos que por las mañanas tiran maíz recubierto de un anticonceptivo llamado nicarbazina y afecta la ovulación de las hembras.
Los granos de maíz, en buena teoría, tendrán un tamaño que hará imposible que lo consuman otras aves.
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Alfonso Salas, jefe de la Sección de Parques de la Alcaldía de San José, explicó que el proyecto está en un 98%. Faltan los permisos.
“No cabe duda que tenemos una plaga. En estos momentos son incontrolables y superdañinas, por eso se viene trabajando en una fórmula para disminuir la población, no hablamos de erradicarlas, hablamos de disminuirlas hasta un punto en el cual no sean más una plaga”, dijo Salas.
Los resultados no serán inmediatos, se verán a mediano y a largo plazo. Para los primeros dos años se espera que baje entre el 25 y el 30 por ciento de las palomas y a la vuelta de cinco años en un 80%.
Algunos de los lugares donde de fijo pondrán comederos están identificados: el Teatro Nacional, iglesia La Dolorosa, la catedral, parque La Merced, cercanías del Hotel Costa Rica y la Plaza de la Cultura y en el teatro Melico Salazar.
“El proceso es lento pero seguro y no es agresivo. San José no se va a quedar sin palomas, de eso pueden estar seguros”, reconoció Salas, quien recordó que no tienen un censo para dar una cantidad aproximada de cuántas palomas en San José, lo que sí dejó clarito es que desde hace mucho la cantidad superó la capacidad de soportarlas que tiene la capital.
En Goicoechea también viven en guerra con las palomas de Castilla. En el parque han puesto rótulos para no alimentarlas y han hecho campañas de concientización con la comunidad, pero se ha logrado poco.
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Salas cuenta que otras munis del país esperan ver los resultados de la esterilización josefina para apuntarse, algo que serviría de mucho porque ese anticonceptivo se traerá desde Europa y a mayor cantidad, menor precio.
Ratas con alas
No por nada las palomas se ha ganado el apodo de “ratas con alas”. Tienen en sus cuerpos ácaros, pulgas y bacterias peligrosas para el ser humano. Mantener un contacto con las palomas de San José nos expone a más de 40 enfermedades; sí, leyó bien, 40 enfermedades.
Infecciones respiratorias, daño pulmonar, hepatitis y problemas cerebrales son relacionados con estas aves de tierna apariencia, muy queridas por los niños pero que pueden enfermarlos incluso de muerte.
Además, como esa sabido, dañan los edificios porque sus cuitas están cargadas de una acidez tal que afecta el hierro; de hecho, los teatros Nacional y Melico han tenido que buscar la forma de espantarlas para evitar que echen a perder las construcciones.