Isaac Ruiz Salgado es uno de los 217.323 nicaragüenses que trabajan en Costa Rica y le aportan un granito de arena a la economía tica, según el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC).
Él se levanta a las 3:30 de la mañana para ir desde Desamparados, donde vive, hasta Pavas, donde entrar a bretear a las 6 de la mañana como administrador de un parqueo. Así mantiene a su familia.
No solo está asegurado, sino que tiene 35 años de vivir en Costa Rica. Llegó en 1983 huyendo de la guerra.
Ruiz nunca ha estado preso, ni le ha robado algún puesto de trabajo a nadie y en la Caja lo atienden como a usted o como a mí, pues paga su seguro y porque además tiene la doble nacionalidad.
Isaac es el vivo ejemplo de lo que vienen a hacer los nicaragüenses a Costa Rica, ganarse la platica de forma honrada.
“Vine huyendo de mi país. Salí con visa y desde que llegué me refugié hasta el día de hoy, pasé por toda las etapas, refugiado, residente y naturalizado”, dijo. “Lo único que traía era a mi esposa. Conseguí trabajo como a los seis meses, aquí nacieron mis tres hijos, todos ticos, dos mujeres y un hombre”.
El repudio que un grupo de costarricenses manifestó el sábado 18 de agosto en La Merced contra los hermanos del norte, cuando gritaron ‘fuera nicas’, cuando los agredieron y los humillaron le tocó el corazón a Ruiz y a los 333.568 ciudadanos nicaragüenses establecidos en Tiquicia, según el INEC.
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“Nos dolió mucho. Costa Rica es mi país, es mi segunda patria y estoy dispuesto a defenderla. Somos pueblos hermanados. Como decimos nosotros, porque queremos a Costa Rica, nos importa Nicaragua, para poder vivir como familia”, comentó.
Una marcha que se realizará este sábado intentará reivindicar al pueblo de Costa Rica ante los nicaragüenses, que siempre han sido queridos y bien recibidos, pero que un grupillo los hizo pasar un mal rato hace una semana. Una parte saldrá de la Universidad de Costa Rica y otra del parque La Merced para encontrarse en la plaza de la Democracia.
Comió cuento
Si usted ha comido cuento y cree que los nicaragüenses le están quitando trabajo o que las filas en los Ebais es culpa de ellos, o peor aún, que la criminalidad ha aumentado por la presencia de pinoleros, se fue bien cholo con información falsa.
Según el Ministerio de Justicia y Paz, hay 1.546 presos nicaragüenses en las cárceles nacionales, de un total de 15.072 privados de libertad.
Según el INEC, hay 12.717 ciudadanos de ese país desempleados en Tiquicia, según el sondeo de abril y junio.
Además, el tipo de trabajo en el cual se emplean son bretes a los que muchos ticos les hacen la cruz aunque estén desempleados, como coger café, cortar caña, lavar carros, cuidar casas, hacer el jardín y oficios domésticos, entre otros. Según el INEC, más de la mitad de los que están empleados (118.556) tiene trabajos no calificados y solo 6.194 poseen una ocupación calificada alta.
“Lo producen y consumen los nicaragüenses en Costa Rica equivale a un 11,26 % del dinamismo de la economía”, escribió días atrás Carlos Francisco Echeverría, exministro de Cultura. Y esa cifra no es poco.
Como hermanillos
Costa Rica y Nicaragua han sido a lo largo de su historia como dos hermanillos, a veces con periodos de tensión por diversas circunstancias.
El historiador Vladimir de la Cruz dijo que en la antigüedad, los nicaraos y los chorotegas fueron una unidad cultural separados en regiones por razones políticas en diferentes momentos.
Ha habido algunas discusiones, según De la Cruz, a lo largo de la historia por el tema de la navegación sobre el río San Juan, el partido de Nicoya (que Nicaragua ha reclamado como suyo), la isla Calero y que ha habido diferentes oleadas migratorias, más que todos por temas de guerra en el hermano país, pero eso no quita la buena relación que ha existido entre los ciudadanos de ambos países.
“La relación entre los pueblos ha sido fraternal, amistosa, de frontera abierta. Cuando Nicaragua ha sido gobernada por dictaduras, Costa Rica solidariamente lucha y ha jugado un papel importante en algunos conflictos”, dijo.
Por ejemplo, dijo, durante la administración de Rodrigo Carazo, Costa Rica fue determinante en la derrota de la dictadura al permitir el uso de una franja de cinco kilómetros en la frontera norte para que se movilizara el Frente Sandinista de Liberación Nacional.
Nicaragua también ha aportado deportistas de la talla de Claudia Pol (única medallista de oro en Juegos Olímpicos), Óscar Duarte (seleccionado nacional), una gran influencia en el béisbol nacional y diversas recetas de platillos, entre muchos otros. También, dos expresidentes de la República nacieron en el suelo vecino: Ascensión Esquivel y Rafael Ángel Calderón Fournier.
Vladimir de la Cruz también mencionó la importancia que tuvo la Universidad de León antes de 1944 pues nuestros jóvenes se iban a formar académicamente allá porque en Costa Rica no había universidad.
Ah, y como si todo eso fuera poco, la pieza “Mi linda Costa Rica”, que cantamos con tantas ganas y orgullo, la compuso Constantino López Guerra, nacido en Chinandega.