Una mujer costarricense que actualmente está de ilegal en Estados Unidos les pide a los costarricenses más humanismo con los hermanos nicaragüenses, ya que ella ha vivido en carne propia lo que es pulsearla en otro país.
La tica, quien solicitó no revelar su identidad, comentó que tenía un buen brete en el Poder Judicial en Tiquicia, pero por razones personales tuvo que jalar a la “tierra de las oportunidades” donde no le ha ido mal, pero en el que tiene que partirse la espalda para ganarse la platica. Es por eso que ella entiende el sentir de los nicaragüenses y por lo que desaprueba los actos xenofóbicos que han fomentado algunos ticos.
En el Poder Judicial, la mujer aprendió mucho del trato que reciben los pinoleros en el país y ella confiesa que también sentía una especie de repudio hacia ellos.
“Mi trabajo me encantaba, pero por motivos personales emigré a Estados Unidos con mis hijos. En mi trabajo en Costa Rica me di cuenta que la mayoría de ellos son muy cerrados y que no eran de mi agrado, pero no tenía nada en su contra”.
Sin embargo, cuando llegó a Gringolandia la tortilla se volteó y empezó a ver las cosas desde otra manera.
“Como emigrante la cosa cambia y el punto de vista es diferente. Aquí no es fácil, andan tras de uno y me ven como un don nadie, aunque tenga un título. El racismo es muy fuerte, por lo que la perspectiva cambia radicalmente”.
Ella dice que la situación de los nicaragüenses en Costa Rica es similar a la de los mexicanos en Estados Unidos, donde se realizan comentarios xenofóbicos generalización hacia esa nacionalidad, los cuales van cargados de mucho menosprecio. El problema, según ella, es que los gringos piensan que todos los latinos son mexicanos por lo que el asunto se complica. “Aquí el gobierno tiene mano fuerte, pero ayuda”, explicó la tica.
Para la tica, quien dice que se gana en una quincena (pintando o limpiando tiendas), lo que en Tiquicia obtenía en un mes, el pueblo debe defender lo suyo, pero no pueden dejar de lado el humanismo.
“Nunca se sabe cuándo estaremos en la posición contraria y lo que pasa no es culpa del inmigrante, sino de las circunstancias. En este caso el culpable es la prepotencia de un gobierno en donde no hay un líder (Daniel Ortega). El pueblo grita por ayuda y el gobierno de Costa Rica debe actuar porque el desastre está a la vista y es allí donde los ticos vamos a necesitar ayuda porque se pueden voltear los papeles”, dijo.
La costarricense comentó que en Gringolandia no es que el gobierno esté detrás de ellos, pero saben que por cualquier cosita los van a deportar. Ella va a cumplir seis meses de estar allá viviendo una realidad que muchos nicaragüenses enfrentan actualmente en nuestro país, una experiencia que no se la desea a nadie.