La suerte llegó este jueve a Fray Casiano y le regaló a don Miguel Ángel Villalta tres tejotas, que las va a disfrutar montones.
El hombre fue el ganador de la promo diaria y obtuvo ¢150.000 en una tarjeta de regalo, cortesía de La Teja y el mismo monto para que lo cambie en mercancía en Ópticas Visión.
“Soy diabético y hace tiempo me mandaron un examen de la vista en el Ebais porque estoy fregado y no he podido, pero ahora con este regalo es una salvada. Con la platica, seguro la agarramos para hacer tamales con mi doña", dijo don Miguel Ángel.
Villalta tiene pensión contributiva y apenas se la juega con el monto. Dice que de vez en cuando hace Ceviche y Frito para vender entre los conocidos del barrio y que la doña le pone bonito con los vigorones los fines de semana.
“Yo vendía mariscos para la zona sur, pero la diabetes me fue fregando y me retiré. La vamos pulseando y poco a poco salimos. Los tamales son para vender y también para nosotros, es una gran ayuda”, explicó el señor de 71 años.
El hombre estaba feliz de la vida y contó que es un fiebre lector de La Teja, que en el supermercado La Bendición, por su casa, le guardan todos los días el periódico y hasta se lo dan fiado porque a veces la situación se pone muy difícil. “Ese es para Bigotes (así le dicen), siempre me lo guardan”, dijo.
Dijo que le encanta hacer el crucigrama, ver los deportes y los lunes no le puede faltar la lista de la lotería porque es un fiebrazo. “Mucha gente ya sabe y vienen y me dicen que si tengo La Teja y es para revisar la lista. Para ser millonario hay que jugar, es lo que digo yo. Siempre juego tres, el veinte que es la fecha, el cuarenta y siete el año y el setenta y uno que es la edad que tengo. Esos no faltan, y si se puede los juego al revés”, dijo el hombre que tiene la fe puesta para el domingo.
Es un fiel seguidor de fútbol y un amante de Puntarenas y dice que la han pulseado para regresar a primera, pero que ha sido difícil.
“Soy del ir al estadio. Y voy con el equipo a todo lado, un hermano tiene carro, hacemos salpicón (ceviche), echamos la hielera, un termo y vamos. Muchos en Puntarenas hacemos eso, cuando es a Liberia, a San Ramón, es como un paseo. Ya a San José cuesta más”, dijo.