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Mamá de Ezequiel y Samuel nos muestra histórica foto en la cual ellos se ven cara a cara

Los niños siguen su recuperación en casa, bajo la extricta mirada de médicos del Hospital de Niños

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La mamá de los ex siamesas Ezequiel y Samuel compartió una foto de sus pequeños mostrando que viven en una pura risa. Foto: Facebook "Samuel y Ezequiel unidos por amor" (Facebook: Samuel y Ezequiel unidos por amor/24/08/2018 Los ex siamesas Ezequiel y Samuel viven de lo lindo su vida)

Una imagen conmovedora alegró a muchos la mañana de este viernes cuando se toparon en Facebook con una foto que compartió Evelyn Badilla, madre de los exsiameses Samuel y Ezequiel, en la que salen los chiquitos sonriendo y viéndose de frente.

Esta es la primera vez desde la cirugía que los separó en que la familia publica una imagen de los niños, que ahora se encuentran estables luego de superar problemas respiratorios, infecciones y la cicatrización de las heridas que les garantizará una vida independiente.

La foto generó todo tipo de comentarios y buenos deseos para los niños que cumplieron seis meses de recuperación luego de la operación de más de 20 horas del 23 de febrero que se hizo para separarlos ya que nacieron unidos por la cabeza.

En la foto Samuel y Ezequiel sonríen y juegan en la cama y, aunque no se vea ,del otro lado está una madre que no deja de agradecer la bendición de que sus dos hijos estén cada día más fuertes.

“Bueno, así son sus encuentros, son risas y más risas. No habíamos compartido fotos porque no lo veíamos prudente, pero aquí están mis amores”, escribió la mamá en el Facebook.

Su hermanito mayor José Francisco les canta canciones infantiles. Fotografía: Graciela Solís (GRACIELA SOLIS)

Pasos gigantes

El estado de los niños se mantuvo con mucha discreción y, aún hoy, los únicos autorizados para visitarlo son la familia y el personal médico que ha trabajado en equipo para garantizar la recuperación de los valientes niños.

Ese privilegio de verlos sanos tiene un significado especial para esta madre que, según le contó a La Teja en una entrevista telefónica, lo ve como una prueba de que poco a poco van retomado su vida y que se encaminan a vivir como cualquier otra familia en la que hay niños pequeños.

“Antes estaban muy delicados y no estaban para andar en boca de todos, por eso hasta hoy subimos una foto", explicó la mamá.

Los cinco miembros de la familia Núñez Badilla viven en la misma casa, ya no tienen que dejar a José Francisco, el hijo mayor, con los abuelos para ir al hospital y los tres hermanitos llenan de esperanza la vivienda.

"Cada vez vamos menos al hospital y los niños van mejorando tanto que las citas ahora las dan para el 2019”, dijo la feliz mamá.

Evelyn Badilla y Stalin Nuñez acumulan cada día más fuerza para sacar a sus tres hijos adelante. Foto: Gesline Arango (Gesline Anrango)

Picardía y curiosidad

El cambio de vida ha sido positivo porque ahora Samuel y Ezequiel van demostrando su personalidad y cada uno les pone su sello a lo que hacen.

“Ellos sienten en casa, lo ven a uno y se ríen y tiran besos. Ezequiel es muy pícaro, Samuelito sonríe bastante, pero menos aunque es el que tira más besos, José Francisco no se queda atrás, corre, hace monadas y brinca con tal de hacerlos reír”, contó la mamá, quien dice también que el hijo mayor se trepa a la cuna para estar cerca de sus hermanos menores.

El niño les dice a los papás que él ama a sus hermanos y les canta la Canción de las vocales y Sal solecito.

La comida es otra victoria y poco a poco los van estimulando con frutas. Ezequiel es el que más se anima a probar cosas nuevas, Samuel aprieta la boca cuando no quiere comer algo. “La cierra durísimo si uno le da algo nuevo, desde que nació ha sido así, siempre fue muy difícil para los cambios”, contó la madre.

Cuando están cerca se abrazan, se tocan la cara y las mejillas, pero no los pueden dejar mucho rato juntos porque se quieren quitar el tubito de la traqueostomía (para respirar). Y la mamá añadió que aún están afinando sus habilidades para controlar las manos, lo que hace que a veces alguno termine con un tirón en el pelo o un aruño.

“Ahora nos relajamos más, antes estábamos a la expectativa de que algo podía pasar y teníamos que correr al hospital, luego cuando me los dieron para que me los trajera a la casa veníamos con pánico, con miedo de que algo malo les fuera a pasar, pero ya me siento tranquila y mi esposo también. Nos sentimos cómodos cuidando de ellos”, dijo doña Evelyn.

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