Cuatro felices ganadores del premio diario de La Teja le sacaron el jugo a su suerte ya que, además de aprovechar al máximo la tarjeta de regalo y el paquete de Ópticas Visión que se pegaron, aprovecharon para darse una vuelta por las instalaciones de Grupo Nación en Tibás para conocer al personal de La Teja y ver cómo se hace el periódico.
Doña Erminia Medina y don Miguel Ángel Villalta, mejor conocidos en su natal Puntarenas como “Carmiña” y “Perú Bigotes”, fueron dos de los que se pegaron la escapadita a Chepe.
Estos esposos son fieles lectores del periódico y los afortunados ganadores de dos premios (el último el pasado jueves 13 de diciembre) que les han dado muchas alegrías, aunque el que pegó fue él, el regalazo es para ambos. Ellos son vecinos de barrio Fray Casiano, en Chacarita de Puntarenas.
El peculiar apodo de don Miguel se debe a un famoso torero apodado Perú, a quien él imitaba de niño en la escuela y que le valió ese reconocimiento hasta hoy, a sus 72 años.
“Yo jugaba a torear con el capote, tanto mis compañeros como el director me decían ‘¡Vamos Perú!’, y solo así me quedé, si le pregunta a la gente por mi nombre casi nadie sabe de quién le están hablando”, comentó.
Villalta contó que toda su familia está feliz por el premio que se ganó. Él se siente muy orgulloso de todos ellos porque no tienen vicios y son muy unidos.
En su recorrido se tomó un cafecito, conoció la sala de redacción y le dieron un tour por el lugar donde están las máquinas que imprimen el periódico.
“Uno no se imagina lo grande que es este lugar, la verdad nos atendieron muy bien y nos vamos muy contentos, con ganas de pegar otra vez”, dijo emocionado el porteño.
Todo por el padre
Pero estos puntarenenses no fueron los únicos que nos visitaron. También tuvimos el placer de recibir a Jeancarlo Bonilla y a su mamá Francisca Elena Chévez, vecinos de Ortega de Santa Cruz en Guanacaste.
Ellos viajaron cuatro horas en bus hasta Llorente de Tibás para conocer la redacción de La Teja y al Padre Mix, director de la radio Q´Teja.
Jeancarlo es no vidente y a sus 28 años le faltan pocos cuatrimestres para graduarse como profe de música. Sabe cantar, tocar guitarra, piano y marimba. Por eso estaba como loco por conocer al querido locutor Andrés Zamora, y se le cumplió el sueño.
El padrecito lo atendió con todas las ganas, le brindó consejos y su característica buena vibra. Finalmente se fundieron en un abrazo fraterno.
Madre e hijo también tuvieron la posibilidad de compartir con los redactores de La Teja, conocer las instalaciones de la redacción integrada de Grupo Nación y hasta disfrutar de un almuercito.
Jeancarlo fue quien activó el código del periódico, pero el premio de tres tejotas que se ganaron el 11 de diciembre se irá “mita y mita”, pues ambos se apoyan mutuamente en todo, tanto en las buenas como en las malas.
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