Una relacionista internacional que trabaja en una institución del Gobierno recuperó su trabajo luego de ser despedida por sufrir un problema de migraña.
Así lo determinó la Sala Segunda, la cual ordenó que la mujer debe ser reinstalada en su cargo, se le deben pagar los salarios caídos y una suma adicional (aún no determinada) por daño moral.
La mujer laboraba en un puesto de confianza desde hacía siete años. Entró a trabajar en el 2011 como negociadora comercial, luego asumió diversas funciones y a partir del 2014 comenzó a sufrir complicaciones de salud por causa de un padecimiento de migraña crónico que requirió tratamientos médicos y frecuentes incapacidades hasta mayo del 2017.
En ese año se le comunicó su despido con responsabilidad patronal.
El patrono afirmó que como laboraba en un puesto de confianza esos cargos no tienen estabilidad y los nombramientos y despidos son libres y sin procedimiento, pero los magistrados dijeron “nel pastel”.
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Al analizar la prueba, la Sala concluyó que no se demostró la existencia de ningún motivo para la pérdida de confianza y su cese.
Los magistrados del Tribunal de Casación Laboral indicaron que la ley protege a las personas que por motivo de su salud sufren tratos discriminatorios en su lugar de trabajo y que en el más grave de los casos, son despedidas por esta razón.
"La enfermedad es una condición personal que no puede limitarle a las personas el derecho fundamental a laborar, a superarse en el campo profesional y obtener con ello, el acceso a una vida digna y un desarrollo personal”, recalcó la resolución de la Sala 2018-1951.
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¿Qué es la migraña?
La migraña es un dolor de cabeza intenso, que golpea, y que habitualmente afecta a un lado de la cabeza, aunque puede afectar a ambos. El dolor empieza repentinamente y puede estar acompañado de vómitos y mareos.
Aunque la migraña puede iniciarse a cualquier edad, generalmente empieza en personas entre 10 y 30 años de edad. A veces desaparece después de los 50 y es más frecuente en mujeres que en varones.