El padre Tesfaye Tadesse Gebresilasie, superior general de los misioneros combonianos y el primer africano que guía la congregación, estuvo por primera vez en Costa Rica a finales de diciembre anterior, específicamente en Sagrada Familia y barrio Cuba, incluso le hizo una visita a la Negrita de los Ángeles en Cartago.
Fundados por san Daniel Comboni, los combonianos están en el país en iglesias como la Medalla Milagrosa de barrio Cuba, y están evangelizando en lugares como El Pochote, un precario de ese barrio josefino donde en los últimos tiempos se vienen dando balaceras que ya han cobrado vidas.
“Incluso en medio de las balas hay que evangelizar. Nuestros sacerdotes combonianos tienen la experiencia de África, donde se vive desde hace muchos años luchas internas que también involucran disparos, hemos entendido que no hay obstáculo para llevar la palabra de Dios”, comentó la máxima autoridad comboniana quien nos atendió en el salón parroquial de la iglesia de barrio Cuba.
Dos cosas lo sorprendieron profundamente de Costa Rica, que no tiene ejército y es algo que todavía hoy día no se explica cómo sucede y el aumento de la delincuencia en barrios marginales.
“Los combonianos entendemos perfectamente que hay que estar cerca para acompañar a los que sufren, a los que son testigos dolorosos de la violencia, pero también hay que acercarse al que genera violencia”, comentó.
Experiencia africana ayuda en Tiquicia
Reconoce que en los barrios de sur del San José actual un sacerdote tiene que hacer su trabajo de evangelización, pero también, en muchos casos, debe hacer de sicólogo, padre de familia y proveedor porque así lo obliga la realidad.
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Por eso, una vez más recordó que la experiencia africana se aplica perfectamente en nuestro país.
“Los pobres y abandonados tienen urgencias que se deben cubrir pronto, por eso la evangelización debe ir acompañada de acciones para respetar con palabra y actos la dignidad de cada persona”, afirmó.
Llevar la palabra de Dios es igual en todas partes del mundo, el fin es el mismo, enriquecer almas.
“Es obligación nuestra hacer entender al pueblo que la verdadera pobreza no está en la falta de dinero sino en la ausencia de Dios en el corazón.
“Es un hecho que no podemos esperar que los problemas cambien si no hay una verdadera comunión con Dios, la iglesia y la comunidad. Se pueden tener los bolsillos vacíos, pero el corazón millonario de obras por el prójimo”, aclaró.
“Salvar a África por medio de África”
Los misioneros combonianos del Corazón de Jesús (MCCJ) es una congregación religiosa, esencialmente misionera, internacional, presentes en cuatro continentes: África, América, Europa y Asia. El número actual de miembros es de 1.633.
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“El primer amor de mi juventud fue para África; dejando todo lo que más quería en el mundo, vine a estas tierras para ofrecer mi trabajo como alivio de sus seculares desdichas. El día y la noche, el sol y la lluvia me encontrarán igualmente dispuesto a atender vuestras necesidades espirituales”, escribió el fundador de los misioneros combonianos del Corazón de Jesús, que es el nombre completo de la congregación, y quien tenía un lema: “salvar a África, por medio de África”.
El padre Tesfaye se fue del país con una profunda alegría porque sus sacerdotes están muy claros en lo que deben hacer entre los más necesitados, por eso en Sagrada Familia y barrio Cuba, por ejemplo, se realizan misas en media calle, en lugares a los que incluso ni la policía se mete, como los rincones más profundos de El Pochote.
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