La pequeña Isabel Brenes, de 11 añitos, desfiló este domingo por el paseo Colón y la avenida Segunda en compañía de sus bueyes, llamados Los Tigrillos, de cuatro años y medio.
Esta boyerita es de Tobosi de Cartago, estudia en la escuela de Quebradilla y es la mano derecha de su papá, Christopher Brenes, quien se dedica a amansar bueyes, una labor que ella ama hacer.
Isabel fue una de las tres dedicadas de la Entrada de los santos y desfile de boyeros San José 2018, que llegó a su edición número 22.
La actividad calzó con el Día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer, por lo que los organizadores aprovecharon para destacar el papel de las boyeras en la conservación y promoción de esta tradición.
“No me acuerdo cuando empezó, pero ya tiene años de andar en eso. Mientras los bueyes sean mansitos, ella los anda de lo más bien”, explicó la mamá de Isabel, doña Astrid Matarrita.
Otra de las homenajeadas ayer en Chepe fue doña María Cecilia Núñez Paniagua, quien tiene 60 años de manejar ese oficio como toda una experta, el responsable de enseñarle fue su esposo, don Jorge Villalobos, con quien trabajaba jalando café.
La pareja se conoció en una lechería y allí se enamoraron, luego formaron una familia y tuvieron siete hijos.
“Cuando tuve el primer hijo me sacaron en carreta porque donde yo vivía no había camino para carros. Todos mis hijos se ponen felices cuando participo en estas actividades porque saben que ando haciendo lo que me gusta", contó.
Esta herediana está muy orgullosa de que les reconocieran a las mujeres el trabajo que hacen con las carretas.
Además, lamentó que como ahora casi no hay trabajo para carretas de bueyes solo las sacan para desfiles y exhibiciones.
La otra homenajeada fue Arelis Valverde Elizondo, una joven boyera de 21 años del cantón de Mora, quien trabaja junto a su familia en la producción de tapa de dulce.
"Somos muchas las mujeres boyeras, esto se trae en la sangre, en mi caso viene desde mi abuelo y mi papá (Juan Valverde), con quien yo me iba a amansar y jalar caña porque siempre me gustó”, dijo emocionada.
El secreto para ser bueno en ese oficio, según Arelis, es que el animal conozca al boyero para que no se asuste. Eso sí, hay que hablarle duro para que haga caso, así lo hizo con “Los Palomos”, que la acompañaron en esta cita.
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Tremendo fiestón
Esta bonita actividad es una forma de darle la bienvenida a la época navideña y, además de carretas y los bueyes, hubo cimarronas y bailes que animaron la mañana del domingo en el centro de Chepe.
Claro, no todos fueron bueyes (había 350 parejas de estos animales), ya que también llegaron búfalos, como los que acompañaron a don Luis Solano, vecino de Alajuelita.
Canelo y Martina también llamaron la atención ya que eran un par de cabras que llegaron de Huacas de Hojancha, Guanacaste, con don José Alberto Rojas y su nieto José Daniel.