Keily Rodríguez estaba tan contenta de conocer la nieve que se encargó de presentársela a su muñequita, Alegría, entre las dos disfrutaron de veinte minutos de brincos, saltos y alegría bajo cero en el puritico centro de Chepe.
El iglú que puso Refrigeración Industrial Beirute en la plaza de la Democracia es todo un pegue, las filas son larguísimas porque a los más chiquitines de la casa no les importa esperar con tal de cumplir ese sueño nevado. La entrada es gratis y como entran por puños, la fila se baja rapidito.
“Me gusta mucho la nieve, no la conocía… está bien fría, pero es muy rica. Hice cuatro bolas de nieve y se las tiré a otros chiquitos, voy a volver a hacer la fila porque quiero jugar otro rato”, fue lo que nos dijo Keily, quien a sus cinco añitos andaba más que contenta de estar bajo cero.
Esta pequeñita es de Santo Domingo de Heredia y mientras jugueteaba con unas pelotas de nieve nos contó que le pidió al niño un par de tenis de esas que tienen rueditas en la suela.
Doña Kattia Matarrita, la mamá, aseguró que su hija estaba muy ilusionada por visitar la nieve, por eso no le extrañó que chiroteara tanto.
Y así como chiroteó Keily, también lo hizo José Andrés Gómez, de ocho años y vecino de Gravilias de Desamparados.
“
Le pedí a mi mamá que me trajera a ver la nieve y la verdad está muy lindo, me divierto mucho. Yo no conocía la nieve, solo en la tele la había visto, por eso estoy tan contento”, nos comentó José Andrés.
Katalina López, una preciosa pequeñita de cuatro años disfrutó en paleta, nunca salió de su asombro por caminar sobre la nieve, majaba y majaba el suelo con un asombro total.
Kata entra a materno el otro año en la escuela de Dos Cercas de Desamparados y le pidió al Niño una muñeca con un cochecito; la mamá, doña Gabriela Rodríguez, nos dijo que Kata no entendió bien por qué la abrigaron tanto para ir a San José y que se volvió loca cuando le dijo que iría a conocer la nieve.
Y así como Keily, José Andrés y Katalina, muchos niños están disfrutando de la nieve en pleno San José gracias a este iglú bajo cero que desde hace 32 años la empresa Beirute pone al servicio de los pequeñitos.
El iglú abrió el pasado 6 de diciembre y estará hasta el 6 de enero. No cobran un cinco, lo único que debe llevar son dos cosas: ganas de divertirse mucho y una buena suéter.
Estará cerrado los días 15, 25, 26 y 27 de diciembre, así como el 1 de enero. Cada chiquito se divertirá en la panza del iglú por casi 20 minutos, si hay mucha fila solo serán 15 minutos, pero son suficientes para darse la gran chiroteada.
Solo pueden ingresar niños que midan más de 85 centímetros (2 años) y hasta 1,5 metros (12 años). Ingresan en grupos de 15 o 20 niños de altura similar. No se permiten adultos, a excepción de acompañantes de niños de 2 a 4 años con alguna condición especial.