El Gobierno está quebrado y para poder pagarle los salarios a los empleados públicos, esos que están en huelga en contra del plan fiscal, el Ministerio de Hacienda tomó una medida desesperada.
Hacienda sacó a la venta letras del tesoro, que solo se pueden vender en caso de emergencia extrema, para recibir dinero y pagar la deuda que tiene el Gobierno.
La institución que comprará estos valores será el Banco Central de Costa Rica por un monto de ¢498 mil millones, que en un principio, se deberá cancelar en tres meses o antes del 31 de diciembre.
La última vez que se adoptó esta medida fue en 1994 cuando el presidente era José María Figueres, en ese momento no había ninguna crisis fiscal y se usó para salir de un pequeño problema, también se aplicó en 1980 durante el mandato de Rodrigo Carazo.
Para que usted tenga una idea, la compra de estas letras son una especie de préstamo, que en este caso, el Banco Central le hará a Hacienda para que pague lo que debe.
Eso sí, el Gobierno saldrá de una deuda para meterse en otra, ya que debe cancelar los intereses de ese “préstamo”.
¿Cómo llegó el país a esta situación?
Resulta que durante el mandato de Luis Guillermo Solís el Gobierno se quedó varias veces sin plata para pagar salarios, para poder hacerlo sacó unos bonos a la venta y así logró pagar.
La bronca fue que esta vez, cuando el Gobierno sacó los bonos ya nadie se los quiso comprar, los que se ofrecieron le pusieron una tasa de interés muy alta y el Gobierno no se la quiso jugar.
Es por esta razón que ahora para poder pagar salarios el Gobierno recurrió a las letras de tesoro.
De acuerdo con el economista Rudolf Lucke, la medida más sana hubiera sido poner a la venta bonos de deuda; sin embargo, lo poco atractivo de los intereses ahuyentó a los inversionistas, es decir el Gobierno le estaba ofreciendo una tasa muy baja a quienes querían comprar estos valores.
“Esto que está pasando es como que una persona quiera ponerse una panadería, le pide plata prestada a sus vecinos, cuando ya monte el negocio lo que tiene que hacer es empezar a pagarle a sus vecinos lo que les pidió más el interés, eso es lo que está pasando con Hacienda, le está pidiendo dinero al Banco Central, pero en este caso es para pagar deudas. Esto es como prestarle plata a un carajo que gasta mucho pero gana poco”, contó.
La bronca de esta medida de emergencia es que podría traer consecuencias bravas sino se aprueba el plan fiscal.
Plata no alcanzará
Lucke aseguró que los efectos negativos no se sentirán mañana y tampoco en un año, pero sí en un plazo de 5 años.
El principal problema es la inflación, ya que para pagar estas letras de tesoro el Banco Central sacará más dinero, al haber más dinero en la calle este perderá valor.
“La inflación es cuando hay más dinero en la calle, cuando eso pasa, vemos por ejemplo que para comprar una caja de leche, se gasta más dinero, es decir, el colón baja su valor, entonces la gente lo ve reflejado en su salario porque cada vez les alcanza para menos cosas”, explicó el economista.
Despidos a la vista
Otro de los efectos negativos es que con una inflación alta, las empresas también podrían sentir las consecuencias como las percibe una persona.
“(La inflación) podría genera una menor actividad económica, ¿qué es lo que pasa?, que cuando esto ocurre empieza a producir menos y cuando producen menos se vienen los despidos y las compañías que tienen pensado invertir aquí ya no lo harán porque no les será rentable”, añadió Lucke.
Reforma fiscal
Llegar a una reforma fiscal no es nunca una buena medida, así lo reconoció Lucke; sin embargo, en vista de la crisis que atraviesa el país, es lo más aconsejable.
“Diría que es urgente la aprobación de esta reforma para ir aligerando el golpe, el gasto se debe contener y esa es la única solución que se ve”, aseguró el economista.
Precisamente, la ministra de Hacienda, Rocío Aguilar dijo que la aprobación del plan fiscal ayudaría a sanar las finanzas públicas.
En cadena nacional dada a las 7:05 de la noche de este martes, el presidente de la República, Carlos Alvarado pidió a los diputados que se apruebe el plan fiscal para ponerle fin a este problema que lleva 20 años.
“La situación fiscal del país es delicada y amenaza a todas las personas, por eso es indispensable aprobar el proyecto de reforma fiscal. Estoy comprometido a hacer todo lo necesario para evitar una crisis económica”, dijo Alvarado.