Los siameses Samuel y Ezequiel Núñez Badilla, ya tienen siete meses de haber sido separados y para celebrarlo su mamita publicó una foto que también es histórica porque el hermanito de ambos, José Francisco se ve acostadito en medio de ellos, algo que para muchos, incluso médicos de Estados Unidos, era imposible.
“Hola, así está nuestro más grande tesoro, les compartimos estas fotos con mucho cariño. Tenemos días y noches de mucho trabajo y esfuerzo, pero ver esas caritas felices lo vale. Ya mañana cumplen 7 meses de haber nacido otra vez mis Ángeles”, comentaron doña Evelyn Badilla y don Stallin Núñez, los papás, este sábado.
Ver a su tres pequeñitos compartiendo puras tejas es algo que a los tatas tiene con demasiada alegría.
“Nunca nos cansaremos de dar gracias a Dios, al Hospital Nacional de Niños y a todos ustedes por acompañarnos y apoyarnos en esta aventura llena de altos y bajos, pero llena de amor y dedicación. Bendiciones a sus hogares”, agregaron don Stallin y doña Evelyn.
Hace dos años y nueve meses los hermanitos Samuel y Ezequiel nacieron unidos por su cabeza, compartiendo vasos capilares y parte del cerebro. Fueron separados el pasado 23 de febrero en una cirugía única en el país, la cual no recomendaron algunos médicos de Estados Unidos, pero los profesionales ticos demostraron tener la suficiente capacidad para realizarla.
Por 20 horas un amplio equipo de profesionales ticos se encargaron de separar a los hermanitos y de inmediato comenzaron las técnicas de reconstrucción craneal para ambos.
Los médicos del Hospital de Niños ya le habían explicado al país que tras la separación el gran reto era lograr que Samuel y Ezequiel alcanzaran con prontitud el desarrollo de niños con dos años de edad porque al estar unidos por la cabecita les era imposible lograrlo: nunca pudieron caminar, sentarse ni ver a su alrededor.
Olga Arguedas, directora del Hospital Nacional de Niños, explicó en aquel momento que los pequeñitos no tenían conciencia de que eran dos cuerpos separados.
El trabajo después de la operación ha sido grandísimo para los tatas, porque durante varios meses, tras la separación, se alimentaron por una sonda y su sistema digestivo se “aperezó” porque al no recibir alimento bajó casi a nada su breteada, por lo que han trabajado en volver a entrenar el estómago para que regrese el funcionamiento normal.
Los hermanitos siguen asistiendo, al menos una vez por semana, al hospital, entre otras cosas porque al ser separados quedaron sin una parte del cráneo y poco a poco se les irá reconstruyendo.
Esta familia, originaria de la zona sur del país, vive en Paraíso de Cartago, donde el Club de Leones paraíseño, junto a la empresa privada, les consiguió una casita, donde viven en mejores condiciones de las que tenían anteriormente. José Francisco, el hermanito mayor, ya está en la Escuela Eugenio Corrales de Paraíso.