Después de 20 años dedicada a la industria de la belleza, Ligia Bolaños está viviendo el mejor momento de su carrera profesional, aunque, con mucha modestia, ella dice que apenas está en el 10% del nivel que puede alcanzar.
Esta madre de tres hijos, vecina de Cinco Esquinas de Tibás y con medio siglo de vida empezó a estudiar a lo 31 años, sacó Administración de Empresas y recientemente hasta un postgrado hizo.
Hace poco más de dos años le salió la oportunidad de su vida: traer una línea de maquillaje profesional con el contrato de distribución exclusiva para toda Costa Rica.
A doña Ligia se le paró la peluca cuando recibió la noticia y no porque el reto la asustara, sino porque, dice ella que oró por casi 15 años para una oportunidad así.
La Fundación Mujer le facilitó fondos con un microcrédito que le ayudó a acelerar la traída de todo el material, pero además adecuó una oficina para abrir una academia de maquillaje para preparar maquillistas profesionales e impartir cursos de actualización para quienes ya se dedican a todo esto.
“Ahí le hemos dado vuelta a la plata, colocando, vendiendo y haciendo pedidos”, dice doña Ligia, cuya empresa se llama Triple Cosmetics SA y ya cuenta con cinco personas en oficina y 10 vendedores.
El maquillaje profesional que distribuye es el de la marca OFRA y, según ella, la casa matriz está más que feliz con la forma en que ella ha venido desarrollando la marca en Costa Rica.
Ahora, gracias a doña Ligia hay maquillistas, salas de belleza, spas y dermatólogos que están gozando de lo lindo al trabajar con todos los productos que ella trae.
Mujeres son prioridad
Su caso de éxito es uno de los que se dio gracias al empujón del Sistema de Banca para el Desarrollo, que busca fomentar y desarrollar a microempresas, pymes, micro, pequeños y mediano productor agropecuario, beneficiarios de microcrédito y emprendedores.
Las mujeres como doña Ligia están en la lista de prioridades del SBD, como parte de la iniciativa “Adelante mujeres”. Si hay una mujer liderando una micro o pequeña empresa en cualquier sector, entonces puede aplicar para este tipo de programa. Así entonces el SBD le echa una mano con la compra de bienes y servicios a través de operadoras aprobadas, como la Fundación Mujer, en este caso.
Y para quienes quieren un empujoncito de inspiración, Bolaños tiene unas palabras. Lo primero es que, para motivarse, hay que escuchar la voz interna antes que la de cualquier otra persona. En su caso le cuestionaron que renunciara a su trabajo para dedicarse a lo propio; ahora, más bien, está volando.
Ella misma nos cuenta cómo se ha dado cuenta del lugar donde está: “Este año me llevé una lección. Me llamaron de una feria muy popular: Expomujer emprende. Había un concurso para elegir a la empresaria del año. Le dije que me encantaría participar y me dijeron que no me llamaban para que me inscribiera, que yo estaba en otro nivel. Me llamaron como jurado… imagínese”.