Nacional

Comedores cristianos pasan en un puro corre corre para llenar las pancitas de los niños que la huelga olvidó

Solo en las Obras de Espíritu Santo pasaron de recibir 300 a 600 niños al día desde que inició el movimiento contra el plan fiscal porque los comedores escolares están cerrados

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Muy contenta con su platico de comida, así nos encontramos a Yerlis Morúa, una preciosa niña de ocho años, en el comedor de las Obras del Espíritu Santo, en el josefino barrio Cristo Rey, quien por cierto aseguró que la comida estaba superdeliciosa.

Yerlis Morúa tiene ocho años y llega todos los días a comer al proyecto del padre Sergio porque el comedor de su escuela tiene un candado. Foto Albert Marín. (Albert Marín.)

Ya casi era la una de la tarde del martes 2 de octubre y esta alumna de la escuela Mauro Fernández, que está en el puritico centro de San José, agradece que las Obras del Espíritu Santo no cierre nunca porque su lugar de estudios, incluido el comedor, sí está con candados.

Cientos de centros educativos del país no abren desde el 10 de setiembre por la huelga que convocaron los sindicatos en contra del plan fiscal y esta vez no pasó como en vacaciones, que aunque la escuela está cerrada, el comedor abre.

En esta ocasión el cierre fue total y parece que absolutamente nadie en los sindicatos pensó en que hay miles de pancitas que llenar, miles de niños que si no comen en un comedor escolar no se alimentan en todo el día, porque hay demasiada necesidad económica en sus hogares.

A la par de Yerlis estaba su mamita, Yerlis Solano, quien también disfrutaba de un buen plato de comida.

“En tiempo normal de clases venimos algunas veces, pero solo en las noches, a la cena, porque el comedor de la escuela está abierto. Con la huelga, pues estamos viniendo desde el desayuno, merienda, almuerzo, cafecito de la tarde y hasta la cena. Gracias a Dios ellos no nos abandonan, ni quiero imaginarme qué nos habría pasado si las Obras se hubiesen ido a huelga también”, comentó la mamá.

Yerlis es alumna de segundo grado en la Mauro Fernández, está en la 2-2. “Yo no quiero perder tantas clases, ya son muchos días sin ver a mis compañeros y a la maestra, ya quiero volver a la escuela”, comenta la menor, quien es vecina de Cristo Rey. Rápido la dejamos tranquilita para que terminara de almorzar.

Francelis Torres Rodríguez, de nueve años, también estaba en el comedor del proyecto del padre Sergio Valverde. Ella es nicaragüense, su mamá, doña Yenny Rodríguez, decidió venirse a Costa Rica y así meterla en una escuela; sin embargo, por la huelga todas las puertas se las han cerrado.

“Me dicen que vuelva después, que ahora están en huelga y nadie me hace el trámite de aceptarme a mi hija, estoy desesperada, ya ocupo que se acabe esta huelga”, nos comentó doña Yenny. Ambas aprovecharon para almorzar.

Francelis Torres, quien tiene 9 años, pudo comerse un rico platico de comida junto a su hermana Genésis, de cuatro añitos, en el comedor de las Obras de Espíritu Santo. Foto Albert Marín. (Albert Marín.)

La directora de comunicación de Obras del Espíritu Santo, Melina Solano, nos explicó que desde el pasado 10 de setiembre, cuando inició la huelga, el comedor se ha llenado con casi el doble de niños, porque los escolares están cerrados.

“La escuela Nicaragua (Cristo Rey) está cerrada en un noventa por ciento y la Omar Dengo (barrio Cuba) está cerrada en un setenta por ciento, por eso muchos de esos niños se vienen para acá. Hoy tuvimos niños de Acosta, para que se dé una idea de la cantidad que nos llegan, a eso también se suman los papás.

“Normalmente recibimos trecientos niños y mil adultos en total, hablamos de estar recibiendo ahora unos seiscientos niños. El comedor abre de siete de la mañana a siete de la noche, de lunes a domingo, y en los días normales hay picos altos como el almuerzo, pero en huelga todos los tiempos de comida son picos altos”, explicó Melina.

Tabla de salvación

Doña Flor Solís es la responsable de la Asociación Cristiana Jehová Shama (que significa Dios está ahí), en la ciudadela Las Tablas, en San Rafael Abajo de Desamparados. Ahí tiene desde hace 18 años un comedor que se llama La Tabla Posible, el cual normalmente atiende unos 60 niños en riesgo social, pero que desde que inició la huelga debe correr para alistar 120 platos de comida en el desayuno y el almuerzo.

En el comedor La Tabla Posible pasaron de atender 60 chiquitos a 120, esto desde que inició la huelga. Cortesía.

“Nos llegan niños de Concepción Abajo de Desamparados, de San Sebastián e incluso de Alajuelita, porque sus escuelas están cerradas, se nos ha venido un mundo de trabajo, pero lo hacemos con mucho cariño.

“Es imposible pensar en cerrar porque ahora es justo cuando más nos necesitan los niños. Estamos trabajando el doble, pero también las alegrías son dobles. Claro, faltan manos, pero los que estamos no aflojamos”, comentó doña Flor, quien recordó que todos los colaboradores entregan su trabajo de forma gratuita y nos comentó que faltan maestros y sicólogos que quieran llegar a ayudar, eso sí, sin cobrar un cinco. Si quisiera ayudar puede llamar al 8877-6946.

Doña Flor Solís tiene 18 años de cocinar en el proyecto La Tabla Posible en San Rafael Abajo de Desamparados. Cortesía

Nos explica doña Flor que a algunos niños, que viven situaciones económicas muy duras en sus casas, les dan un gallito para que lleven, porque como ellos abren de 7:45 a.m. a 1 de la tarde, saben que los peques se van almorzaditos, pero queda toda la tarde y la noche. Ella se queda orando por sus niños porque después de ahí no tienen más que comer.

Hasta este miércoles 3 de octubre, el Ministerio de Educación confirmó que entregará la afectación nacional en los comedores, después de 22 días de huelga.

Eduardo Vega

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

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