Alguna vez se ha preguntado por qué una agencia de repuestos de carros se llama La Guacamaya. No hay relación lógica entre autos, aves y repuestos. Por eso, fuimos al mismo negocio, que está en su 40 aniversario, a preguntar sobre el origen del simpático nombre.
José Fallas, gerente general y nieto del fundador de la empresa, nos contó la historia.
Resulta que el local empezó a funcionar sin un nombre comercial y muy cerca había una cantina, en Paso Ancho, que servía unas bocas para chuparse los dedos. Adivinen cómo se llamaba … sí, La Guacamaya.
A finales de los años 70, cuando alguien preguntaba donde podía conseguir un repuesto para su gajito, le decían que ‘por la cantina La Guacamaya, en Paso Ancho’.
Muchos de inmediato le llegaban al lugar gracias al famoso bar que era punto de referencia para dar direcciones.
La Guaca es pionera en la venta de repuestos usados y eso hizo que los choferes la buscaran para ahorrarse una platica.
Pasado el tiempo, los dueños decidieron seguir la voz del pueblo y bautizaron a la venta de repuestos como sus clientes la llamaban, La Guacamaya.
“Después el bar cerró y nosotros seguimos utilizando el nombre. Fueron los clientes de ambos negocios quienes pusieron el nombre”, comentó Fallas.
Nace el famoso emplumado
El nombre estaba tan arraigado que cuando buscaron un logo idearon de qué forma relacionarlo con una venta de repuestos.
“En esa búsqueda se nos ocurrió ponerle un overol al pajarito y se usa hasta la fecha”, dijo Fallas. Hoy en día, la mascota es de las más reconocidas a nivel nacional.
Han existido dos estilos, una de peluche que fue la primera y ya pataleó y una más moderno, inflable.
“Tenemos varios porque son trece sucursales y a veces hay actividades a la vez”, dijo José.
Hoy también existen las guacamayitas, bellas modelos de carne y hueso que le dan colorido y belleza a las actividades del negocio.
El papá de la Guaca
La Guaca no se hubiera pulido sin el taller de enderazado y pintura Avenida Diez, que hoy está al oeste del negocio en Paso Ancho.
Ese local fue comprado por Marcial Fallas (qdDg), cuando estaba en avenida 10 en San José (1963). Lo adquirió bajo el nombre Taller Calderón. Unos años después, la propiedad iba a ser vendida por el dueño (Marcial era el dueño del taller pero no del terreno).
Entonces, don Marcial Fallas compró un lote en Paso Ancho donde comenzó con su tallercito, que en un principio fue de autobuses y se dedicó a arreglar carros.
En esa aventura, don Marcial se llevó a su hijo Esteban Fallas para que le ayudara. José se apuntó después.
Fue José (qdDg), padre del actual gerente del mismo nombre, quien vio un potencial negocio en la venta de repuestos usados, pues él mismo tenía dificultades para conseguirlos.
Eso ocurrió quince años después de la aparición del taller. En ese momento compraron un grupo de carros chocados al INS y los vendieron en repuestos.
El taller fue fundamental porque las piezas allí las arreglaban y luego pasaban a las vitrinas del incipiente negocio.
La Guacamaya creció, incluso más que el taller, pero la cercanía y la buena relación familiar hizo que los dos negocios prosperaran, cada uno a su ritmo, sin mezclarse, pero ayudándose.
Hoy, La Guacamaya vende repuestos nuevos y usados, en proporción de 75% a 25% respectivamente.
Dicen ofrecer la mejor relación precio calidad del mercado, ya que en repuestos lo más importante es la seguridad.
“Por eso nos hemos diferenciado de la competencia en vender productos de calidad para no poner en riesgo la vida de las personas. Tenemos el balance perfecto entre calidad y precio”, dijo Fallas.
Festejo muy volado
En la celebración de los 40 años de La Guacamaya faltan muchas promociones, por ejemplo, la “Guacasale”, una feria con precios de rebaja.
Seguirá el Día Nacional del Carro. Las fechas están por definirse. Además, en octubre y noviembre se harán rifas con un jugoso aguinaldo como premio principal y otros aguinalditos menores, y en diciembre tendrán la ya tradicional Feria de Repuestos de la Guacamaya.
El festejo ha sido a lo grande en este año de Mundial, pues enviaron a cinco personas a Rusia con todo pago. Lo único malo fue el papel de la Sele.