"El dedo gordo en cualquier parte tropieza”. “Cada loco con su tema”. “El que no sienta ansias de ser más, llegará a no ser nada”. “A la mierda los pastores, se acabó la Navidad”, así habla el tico y doña Zulay Soto Méndez, lo quiso contar en un libro que se llama “Refranes, dichos y dicharachos de ayer y de hoy”.
Ella está como hormiga en popi de contenta porque el libro se ha vendido como pan caliente y a la gente lo ha gozado a más no poder, a pesar de que, como ella misma dice, “es un libro sin censura”, porque tiene los dichos blancos, algunos medio negrillos y otros bien picantes como uno muy tico y que, por más que juguemos de santulones, se usa en la mayoría de casas: “¡A la puta!” La usamos para todo, pero digamos que es una expresión de asombro.
“Este segundo libro sobre dichos, refranes y dicharachos es como decir la oveja negra (comenta entre risas) porque la primera edición, la de 2008, no tenía un solo dicho con palabras vulgares.
"En esta edición 2018 va todo, de por si la mayoría de los ticos usamos malas palabras y dichos con palabras fuertes a cada rato. Es un libro puro pueblo...porque las malas palabras son las palabras más ricas de decir”, siguió explicando muerta de risa doña Zulay, quien tiene 77 años, es licenciada en Bellas Artes y profesora de Artes Plásticas de la Universidad de Costa Rica.
Es por eso que este libro rescata refranes de nuestros abuelos como “chiquearse de algo” que es estar orgulloso de algo, así como refranes más frescos como “cogerse a alguien” que es tener relaciones sexuales con alguien.
Enseñanzas populares
El libro tiene 310 páginas llenas de refranes; están divididos alfabéticamente, entonces es más fácil buscarlos según se ocupen, lo publicó la editorial Euned.
Para muchas personas no habrá un refrán más cierto que ese que dice: “De afuera vendrá quien de tu casa te echará”, o bien, como acaba de terminar el 2018, muchos habrán dicho a la medianoche del 31 de diciembre, “De la que me salvé” o bien, cuando nos comemos a alguien que ya falleció no se nos debe olvidar que “debe estar revolcándose en su tumba”.
“Cada dicho, cada frase, cada dicharacho es una enseñanza, es parte de lo que somos como ticos, nos identifica. Lo que se habla en la calle refleja muy bien lo que es el costarricense, es una traducción de lo que es cada hogar del país”, explica la ganadora del premio nacional de pintura Aquileo J. Echeverría en el 2003.
A esta escritora, pintura y escultora, usted puede “echarle el ruco” mientras se “echa un mechazo” y le “echa flores”; ella no se va a “echar a morir” porque no es de las que se “echa la soga al cuello”, lo más que puede pasar es que usted se quede diciendo: “echó patas y se fue”, porque desde chiquitica le enseñaron que “el chancho no da la manteca hasta que se muere”.
“¿Sabe que me tiene muy contenta? Que las nuevas generaciones están encantadas con los refranes, dichos y dicharachos, les gusta mucho decirlos. Hubo unos 20 años (entre los ochentas y noventas) en que estuvieron como muertos, estancados, nadie los usaba, pero creo que con el crecimiento de Internet, ahora los carajillos usan muchos dichos".
Dichos familiares
“Incluso, cada casa tiene sus dichos, las propias familias los inventan y se vuelven códigos muy personales del hogar, así es como poco a poco se hacen del conocimiento de otros y se vuelven populares.
El refrán, el dicho y el dicharacho, nace en los hogares, pero algunos sí se quedan solo en las casas siendo unos cuantos los que más se usan entre la familia”, explica la artista quien recuerda que eso sucede como para que no pase como ese refrán que dice: “el que muchos chanchos cría, ninguno se come gordo”.
Con mucho cariño, cuando visitamos a doña Zulay en su casa de habitación, le llevamos una lista de algunos dichos muy de hoy día que usan desde los carajillos hasta las mamás. Le encantó la lista y nos la quitó para dejársela porque desde ya está pensando en la próxima edición de su libro porque el primero y el segundo tienen, dice ella, una ausencia grande: Internet, ella no cogió ningún dicho tecnológico, pero ya está haciendo la listica.
Por eso, como ella misma nos dijo, el próximo “Refranes, dichos y dicharachos de ayer y de hoy”, incluirá “a cachete”, “haciendo el papel”, “dele aire al abanico” y “va a llorar o le pico cebolla”, entre otros muchos que hoy día están muy usados y gustan tanto “como el short de Melissa”.
19 refranes del libro de doña Zulay
A puñalada por bollo de pan.
Billetera mata galán.
Cae más rápido un hablador que un renco.
Darse con una piedra por el pecho.
Echarse toda la plata encima.
El diablo predica y no se convierte.
Fueron raimundo y todo el mundo.
Gallina que a las cinco no está en el palo se la come el zorro.
Habla más que un perdido cuando aparece.
Ir como perro en carreta.
Juegos de manos son de villanos.
La gracia del sapo no está en el brinco.
Más delicado que una cría de chompipes.
No dejar títere con cabeza.
No es pulga que me desvele.
Orinar fuera del tarro.
Paciencia piojo, que la noche es larga.
Que cada cual haga de su trasero un candelero.
Resultó peor el remedio que la enfermedad.
Refranes puras Tejas que no están en el libro
Ando averiado
Ir a monchar
A cachete
Pegando porte y la vara
Haciendo el papel
Dele aire al abanico
Ni que fueras Thalía
Como hormiga en popi
Va llorar o le pico cebolla
Como el short de Melissa
Voy arrollando la mica
Ando al dele
Lo veo por tele
Me agarraron hablao
Vea que pichudo,
Se puso la leva,
Deje de pegar hueco
Seas boli
No sea salsa
Se mosqueó esa vara