Escazú inauguró este domingo 2 de diciembre el monumento al boyero, una obra del escultor Mario Parra y que se había colocado desde el pasado mes de setiembre en el parque de San Antonio.
Para celebrar esa inauguración se realizó un desfile de boyeros por varias calles de Escazú, con lo cual se le rindió homenaje a todas esas personas que durante muchos años le dieron sus fuerzas al país transportando los alimentos y los materiales que se ocupaban para el progreso.
La obra tiene seis piezas: un perro, dos boyeros (un hombre y una mujer), dos bueyes y la carreta. El tamaño es de seis metros de largo por 2,5 metros de ancho y pesa un poquito más de media tonelada. Está sobre una base de cemento con piedras que hace recordar aquel camino de carretas que nuestros abuelos utilizaban todos los días para mover la economía costarricense con productos nacidos de la tierra.
La boyera en este monumento es la que va marcando el paso y el camino a los bueyes, el hombre avanza con el chuzo en su mano, usándolo más como un bastón, además, lleva un saco en el hombro. La mujer lleva otro chuzo y ambos usan botas de hule. El escultor explica que la pareja es un matrimonio campesino de los años 40′ o 50′.
Este monumento es diferente a otros homenajes a boyeros porque la carreta es abierta en la parte de atrás, eso permite que la gente se pueda subir, con mucho cuidado y cariño, para tomarse las fotos que quieran, o sea, es una obra que recuerda lo andado por nuestros abuelitos, pero con detalles de la Costa Rica del 2018, porque está a la perfección para las fotografías para Facebook o Instagram.
“Es una tremenda alegría y un orgullo poderle rendir homenaje a los boyeros costarricenses con esta escultura. Me siento muy feliz porque la municipalidad me haya escogido para realizar un trabajo que realicé con mucho cariño, porque sé que en las raíces de nuestro pueblo los boyeros fueron, son y serán gente muy querida”, explicó don Mario.