Grupos de personas que buscan a familiares desaparecidos en México llegaron a la ciudad de Guadalajara para protestar tras la escandalosa revelación de que el gobierno local apiñó en un camión a cientos de cadáveres sin identificar, víctimas de la creciente criminalidad, por falta de espacio para conservarlos.
Tratando de aplacar la indignación, las autoridades ofrecieron esta semana pruebas de ADN que permitan a los familiares identificar a sus seres queridos entre los 273 cadáveres del “tráiler de la muerte”, como fue nombrado por algunos medios locales.
Yadira González, integrante de un grupo de familias de desaparecidos del estado de Querétaro se enteró de la existencia del tráiler a través de redes sociales.
“Al conocer la lamentable noticia, dije: 'tenemos que estar presentes porque no sabemos en realidad en dónde está nuestra gente”, dijo González, de 36 años y quien busca a su hermano Juan, desaparecido hace 12 años.
El camión frigorífico (con refrigeración) circuló la semana pasada por barrios empobrecidos de la segunda mayor ciudad mexicana, capital del estado de Jalisco, donde los responsables de su cuidado pretendieron estacionarlo, generando protestas de sus residentes debido al hedor, las moscas y el riesgo para la salud pública.
El escándalo provocó el despido del jefe del instituto forense y del fiscal estatal, mientras que el gobernador se disculpó públicamente y se comprometió a construir un espacio para los cuerpos, reconociendo además la saturación de las morgues de la ciudad.
González, junto a unas 100 personas con pancartas de todos los tamaños, en las que se muestran fotografías de sus familiares ausentes, se plantaron el viernes frente al Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses para demandar a las autoridades la localización de sus parientes.
En una clínica de ADN que funciona desde el viernes pasado hasta este domingo los familiares pueden completar un perfil genético con la esperanza de que los médicos forenses o los investigadores encuentren alguna coincidencia.
Búsquedas con dolor
Juan Francisco Flores, que busca a su hijo, ya había pasado por el proceso varias veces. Juan Jr. desapareció en marzo de 2016 a los 16 años.
“Desgraciadamente todo esto ya lo hemos vivido varias veces y no ha habido resultados (...) Nos han tomado muestras de ADN aquí, en la Procuraduría, en muchas partes y pues no ha habido nada”, dijo Flores con la voz quebrada.
“íVivos se los llevaron, vivos los queremos!”, fue una de las frases que se escuchó durante la protesta.
Guadalajara se ha llenado de cadáveres debido a la violencia desatada por el Cartel Jalisco Nueva Generación, considerado por autoridades como el más poderoso de México.
Durante el fin de semana pasado se reveló que las morgues de la ciudad estaban tan llenas que las autoridades decidieron alquilar el macabro tráiler.
Funcionarios lo trasladaron finalmente a una instalación de almacenamiento de la Fiscalía en el centro de la ciudad.
Imágenes indignantes
La prensa mexicana divulgó imágenes del contenedor abierto con montones de bolsas negras con los cuerpos y un hombre con botas blancas, presumiblemente trabajador de la morgue, caminado sobre ellas.
"La sociedad ha perdido toda confianza en las instituciones gubernamentales y sus líderes", dijo Guadalupe Aguilar, otra mujer que busca a un familiar desaparecido.
"Es por ello que instalamos en este momento un plantón, y no lo vamos a quitar hasta tener la certeza que se cumplan nuestras peticiones", advirtió.
La ola de violencia generada por los narcotraficantes en México ha elevado a cerca de 36.000 el número de desaparecidos, según conteos oficiales. Las familias de los desaparecidos a menudo buscan infructuosamente durante meses o años.
El número de víctimas de asesinato en México se disparó desde que el gobierno desplegó a finales de 2006 una polémica ofensiva militar contra el narcotráfico. Desde entonces suman más de 200.000 muertos, según información oficial que no precisa cuántos están ligados al combate a la criminalidad.
El año pasado, se registraron 28.711 homicidios dolosos, la cifra anual más alta desde que se inició el registro en 1997.
Con regularidad se descubren fosas comunes que contienen docenas o incluso cientos de cuerpos no identificados. Casi 4.000 cadáveres de este tipo se han encontrado desde 2007, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos.