Las fotos de la celebración del gol del croata Mario Mandzukic contra Inglaterra, el que le dio la clasificación a su país a la final del Mundial, dieron la vuelta al planeta de manera inmediata por lo espontáneo y alocado del festejo en el cual terminó arrastrado y metido el fotógrafo salvadoreño Yuri Cortez.
Hoy por hoy, el cuscatleco es el fotoperiodista más famoso de Rusia 2018 por esta acción, una mancha más para el tigre en la larga carrera de Yuri que incluye haber cubierto guerras, desastres naturales e incluso hechos que parecían inofensivos pero terminaron llenos de peligro, como uno que vivió en Cóbano de Puntarenas
Yuri trabajó en Costa Rica durante cinco años. Por su cargo de fotógrafo en jefe de Centroamérica para la agencia de noticias AFP debía andar por casi todo el continente. Este es un país que le encanta y lo considera el más bonito de cuantos ha visitado, por el cual tiene un cariño muy especial, nos contó su amigo y colega Rolando Avilés, oriundo de Puntarenas.
“Yuri estuvo en una guerra en el lado de Afganistán, donde tomó fotos en un conflicto muy fuerte, pero una vez me dijo: ‘Rolo, ¿sabés que es lo que me duele de Costa Rica?, que he estado en eventos muy fuertes, he recorrido mucho el mundo y casi pierdo mi vida en el país más hermoso y alegre que conozco y por una boda’", recordó Avilés.
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Claro, no se trataba de cualquier boda.
Avilés vio la muerte de cerca junto a Yuri porque él andaba cubriendo el mismo evento para el diario Al Día. Quienes se casaban, en abril de 2009, eran la supermodelo brasileña Gisele Bundchen y la superestrella de la NFL, y mariscal de campo de los Patriotas de Nueva Inglaterra, Tom Brady. La ceremonia fue en Santa Teresa de Cóbano, donde la pareja tiene una casota y aún pasa algunas temporadas.
Los guardaespaldas de la pareja famosa y que se encargaban de la seguridad del evento dispararon sin asco contra los fotógrafos al enterarse de su presencia. Fue tal la manera como se ciñeron esos guardas con los dos fotoreporteros que retuvieron a Yuri para exigirle que entregara la tarjeta de la cámara donde tenía las fotos de la boda. Pero Cortez no la tenía, se la había llevado Avilés, quien había logrado huir y las escondió en casa de un conocido.
El ataque acabó en un juicio de nueve años que ganaron los fotógrafos, a quienes se les pagó una indemnización.
“Nosotros tuvimos hasta que pagar psicólogos por vivir un evento tan fuerte como oír balazos a dos centímetros de nuestra cabeza. Es algo que uno no se saca. Ayer (el miércoles) fue tan emocionante porque después de vivir aquello (el ataque), que Yuri haya vivido lo de estas fotos con los jugadores de Croacia es totalmente lo opuesto. Es inolvidable, me alegré muchísimo por él”, detalló Rolando.
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“Yo me escapé por unos trillos porque conocía el terreno, a Yuri lo secuestraron y lo hicieron llamarme para decirme que ya toda estaba tranquilo y que fuera adonde estaba, pero era para meterme a mí al carro y llevarme adonde estaban Tom Brady y Gisele Bundchen, quienes dieron la orden. Yo me fui en todas, ellos querían la tarjeta por (a cambio de) Yuri, pero al final no la consiguieron”, explicó el porteño.
Al recordar tan fuerte experiencia y ver a su amigo en el campo del estadio Lusnhiki, en Moscú, abrazado por los jugadores croatas, a Avilés le entró una emoción muy grande, sintió que era un premio muy merecido para el cuscatleco por la pasión que siempre ha tenido para su trabajo.
“Aquella vez (en Cóbano) cuando nos soltaron, yo iba supernervioso y en lugar de irnos soplados de ahí, Yuri seguía tomando fotos del carro baleado y otras cosas. Tomó fotos de todo, tal como lo hizo con esta celebración, por eso no me sorprende nada, aquellas fotos que hizo luego fueron vitales para el juicio”, recordó Rolando.
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Rolando esperará a que terminé el Mundial para que su amigo venga a darse una vuelta Tiquicia y comentar más anécdotas increíbles que son la vida de Yuri.