Sólo uno de los dos invitados de lujo que pretendía tener la final de la Copa Libertadores estará presente en el estadio Santiago Bernabéu.
Esto porque Cristiano Ronaldo no compartirá junto a Lionel Messi en las tribunas del recinto del Real Madrid.
Según indicó la Gazzetta Dello Sport, el portugués habría rechazado la invitación de la Federación Española de Fútbol (RFEF) para estar junto al astro del Barcelona.
Todo apunta a que la decisión de CR7 se debió a que “probablemente influyó el hecho de que no ha pasado demasiado tiempo de su despedida del Real Madrid”.
Así no se podrá cumplir el deseo de las autoridades de la Federación, que habían declarado al periódico español AS que “la presencia de Cristiano y Lionel en las gradas habría sido un mensaje maravilloso para todo el mundo del fútbol”.
Ante esta situación, la Federación Española de Fútbol confirmó la presencia de Lio en la final del torneo de clubes sudamericanos, que debe jugarse en suelo español, luego de que un grupo de revoltosos seguidores del cuadro de River Plate atacara el bus de Boca Juniors, a pedradas y botellazos, el pasado sábado 24 de noviembre en Buenos Aires.
En el caso del 10 del Barcelona, seguirá las acciones del partido desde un palco privado en el estadio Santiago Bernabéu, donde se espera que lleguen otras celebridades del fútbol mundial.
Conmebol realizó una invitación a todos los sudamericanos que militan en España para presenciar el partido definitivo de la Libertadores, entre los cuales no podía faltar la presencia de Messi, quien este sábado disputó el derbi catalán frente al Espanyol de Barcelona, en condición de visitante.
Final desvirtuada
A 10.000 kilómetros de Buenos Aires y bajo insólitas medidas de seguridad, River Plate y Boca Juniors disputarán este domingo en Madrid el desenlace de la Copa Libertadores, a la 1:30 de la tarde hora tica, en una contienda que debía ser “la final del siglo” y terminó manchada por la violencia.
Lejos queda ya el primer partido en la Bombonera el 11 de noviembre, saldado con un ajustado 2-2.
Con River reclamando mantener la localía y Boca exigiendo en vano la descalificación del rival, la Conmebol optó por llevarse lejos del continente la final entre dos rivales históricos nacidos en el mismo barrio de Buenos Aires.
Se recordará “como la tremenda vergüenza del fútbol argentino”, lamentó el presidente de River Plate, Rodolfo D’Onofrio, en una entrevista con en el diario español El País.
Por su parte, Boca acudió al Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) para suspender el partido pero su petición quedó desestimada, según un comunicado este sábado de este organismo, que estudiará el caso más adelante.
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