Luis Garrido volante hondureño de Alajuelense es un fiebre de matarse en el gimnasio para estar físicamente puras tejas y cada vez que puede comparte en sus redes sociales fotos o videos de sus rutinas.
Lo increíble es que, por ejemplo, como el miércoles no pudo jugar ante Cartaginés por haber acumulado cinco tarjetas amarillas, el catracho aprovechó la tarde libre y se puso a entrenar a más no poder con su entrenador personal.
Muchos, en su lugar, se hubieran ido a pasear o a dormir, pero él no, el hombre le metió ganas a la sudada para estar con toda la pata y listo para el próximo partido.
Con lo empunchado que es, Garrido podría hacer buena plata entrenando a algunos a los que les cuesta bajar los kilitos de más y no hacen ni por dónde para ponerle en el gimnasio.