Hay un dicho que dice: “La victoria tiene cien padres y la derrota es huérfana”, la cual parece que ocurrió este domingo entre los dirigente manudos, ya que después de la eliminación de Alajuelense en penales por parte del Herediano no se les vio ni el humo, como si la tierra se los hubiera tragado.
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Pese a que antes del partido el presidente rojinegro, Fernando Ocampo, habló con varios medios, al final del choque no se le vio la sombra, ni a ninguno de sus compañeros de junta directiva.
No sabemos dónde se metieron, ni cómo hicieron para salir sin que nadie los viera en un estadio donde no cabía ni un alfiler, pero no hubo una reacción de ninguno de ellos sobre este nuevo fracaso del equipo, que ya suma cinco años sin ser campeón.
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Lo gracioso es que cuando ganan y las cosas parece que caminan bien, siempre hablan, pero ahora que la afición esperaba respuestas, no apareció ninguno en la zona de prensa.