Ricardo Blanco empezó el torneo de Apertura 2018 con toda la pata en las filas del Saprissa, de tres partidos lleva tres de titular y no piensa soltar ese puesto por nada ahora que el fútbol le da la oportunidad de vestirse de nuevo de morado y blanco.
Blanco confesó que fue duro dejar el Monstruo en setiembre del 2012 después de debutar el 16 de Agosto del año 2009, cuando lo enviaron en condición de préstamo a Belén. Tardó más de cinco años (2105 días) para regresar a Tibás, ya que además de lo belemitas, también jugó con el Herediano y el Cartaginés antes de que la dirigencia morada volviera a encantarse con él.
El jugador confiesa que le afectó la mala fama que se generó a su alrededor, principalmente por aquella dura falta sobre el sancarleño Kenneth Vargas en el primer partido del torneo del Invierno 2019, que lo dejó al delantero sin jugar durante seis meses, acción que a él le generó una expulsión y muchas críticas.
“Mi madurez me ha ayudado a mejorar en el terreno de juego, ya que me etiquetaron por mi carácter y me expulsaban a cada rato porque era muy malcriado. Esa inmadurez me pasó factura, pero maduré y ahora Dios me da la oportunidad de estar aquí y la estoy aprovechando”, comentó el lateral derecho del Sapri, que apenas le han mostrado una amarilla en este inicio de campeonato.
“He cambiado mi carácter, uno poco a poco aprende. Me expulsaban por las chichas y porque entraba de forma artera”, agregó el volante, quien ha mostrado su nueva personalidad desde el torneo pasado vistiendo la chema brumosa.
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La encargada de hacerlo entrar en razón fue su madre, Sonia María Mora, quien ahora puede disfrutar más de ver a su hijo con la camiseta morada.
“Mi mamá me dijo que antes no le gustaba ver los partidos porque yo pasaba muy enojado y le daba vergüenza ver esos berrinches. Gracias a Dios llegué a entenderlo y hoy mi mamá me felicita, porque no respondo a las faltas pase lo que pase”, comentó el futbolista.
El defensor dice que disfruta muchísimo ser de nuevo parte del camerino tibaseño, pero está consciente de que son apenas tres partidos y aún no ha ganado nada. Su deseo es ser campeón por lo que no se da permisos de aflojar en ningún momento.
“Trabajo todos los días como si fuera el primer día. Desde que me di cuenta que venía para acá tuve en cuenta que la competencia es muy dura, pero me propuse luchar día a día para ponérsela difícil al profe. Tengo compañeros que juegan mi posición que tienen mucha calidad, pero ahorita me toca a mí y la estoy aprovechando al máximo", dice Ricardo.
Blanco reconoció que desde que se cruza la entrada en la Cueva la exigencia es quedar campeón.
“La primera etapa aquí no la disfrutaba, pero ahora quiero disfrutar y entreno fuerte para que las cosas salgan bien, porque quiero ser un jugador regular y ser campeón”; indicó.