Dicen que la historia es un círculo con mucha tendencia a repetirse, situación que en el fútbol pasa muy a menudo y aunque no sea un presagio exacto, al menos sirve para ilusionar fiebres y hasta motivar equipos como podría suceder en esta final con el conjunto herediano.
En el Torneo de Verano 2012, los florenses se metieron casi de milagro a la siguiente ronda, en la última fecha necesitaban ganar en el estadio Ricardo Saprissa y que Cartaginés no ganara en su visita a Limón, un equipo que venía de capa caída y estaba peleando el descenso
Al final los incrédulos recibieron un cachetazo cuando el cuadro rojiamarillo ganó 3-1 en la Cueva y los brumosos perdieron 1-0 en Limón, con la victoria se apearon de paso a otro rival directo, Alajuelense porque ese triunfo hizo que no pudieran clasificar.
De manera infartante con Odir Jacques, como técnico emergente tras la salida del banquillo de Jafet Soto del banquillo del Team , al final se clasificó como el cuarto lugar del torneo
Ya en las series directas fue otro equipo y tal como en este torneo le tocó cerrar todas sus series de visita.
En los cuartos de final se apeó al Pérez Zeledón, que había sido el mejor equipo de la primera ronda, mientras que también sorpresivamente Santos se sonó a los morados. Ya en la final, el cuadro herediano se sacudió de 19 años sin levantar un título y llegó a su estrella número 22 en una memorable final en el estadio Ebal Rodríguez.
Seis años después en el Apertura 2018, la historia es similar, un arranque pal’tigre, tres técnicos en un torneo y las garantías de muchos de que la vida se le había acabado a los florenses, pero de una u otra manera, la historia se las ingenió para que se metiera en el último suspiro.
El 9 de setiembre, cuando el Team cayó humillado 6-1 en ante Alajuelense en el Morera Soto era muy difícil pensar que los florenses estaban para pelear grandes cosas, el equipo del colombiano Jaime de La Pava se caía a pedazos.
La paliza en la Catedral dejó al cafetero sin brete, lo que le dio espacio a Paulo César Wanchope, quien en lugar de enderezar la cosa más bien la embarró más, al final como última medida de emergencia, apareció el de siempre, Jafet Soto Molina, primero ganó el título de la Liga Concacaf y después llevó al equipo a una nueva final nacional.
En las manos del máximo prócer florense de los últimos tiempos, el Team recobró el alma como le sucedió con Odir, otra figura de relieve rojiamarilla y como lo reconoce un exjugador de aquel Herediano campeón, todavía queda mucho porque ganar.
“Nos daban por muertos”
El volante Carlos Hernández fue uno de los integrantes del aquel Herediano campeón, quien considera que hay similitudes entre ambos equipos, la única diferencia es que aquel Team aún vivía en una profunda crisis económica que los obligó a hacer rifas, ventas de comida y otras cosas para sacar platica antes que llegara al rescate Fuerza Herediana.
“La situación ahora es parecida, tal vez lo único diferente es la parte económica, pero en la cancha sufrieron cosas muy parecidas, apenas clasificaron y les tocaron partidos muy duros, recuerdo que en el segundo partido de la final Lagos nos metió un gol al principio del partido y ahí nos cayeron todos los fantasmas, fue difícil, hay mucho parecido”
“En ese tiempo se nos juntó todo, en la parte económica no andábamos bien y en la deportiva nos estaba costando, teníamos que ganar en Saprissa por cierto, en el último minuto Limón anotó y nosotros también, pasamos de cuarto, cuando lo logramos el equipo se unió, cerró filas, el hecho de clasificar nos daba esperanzas de que todavía podíamos ser campeones, sabíamos que era difícil, pero pasamos tantas cosas que nos hicieron más fuertes”, recuerda Carlos.
Cuando llegaron a la otra ronda, fue borrón y cuenta nueva, empezar desde cero, tal como este torneo, los errores de la fase regular ya no contaban y ahora era la posibilidad de un renacer.
“Aquella vez era bastante duro, es como ahorita que creo que mucha gente da por campeón a Saprissa, pero lo que no saben es que Heredia tiene un gran equipo y un muy buen entrenador que sabe y conoce sus jugadores, en ese tiempo fue igual, ir a esos partidos motiva más, es más bien bonito jugar esos partidos, uno se motiva solo”,dijo Hernández.
Carlos, quien jugó con el Team hasta el 2015, saliendo campeón tres veces con los rojiamarillos destacó la unión de camerino y reconocer las necesidades de todos como la clave en aquel momento, situación que si se repite ahora es un plus grande para ellos, además que supo reponerse a la adversidad.
“Después del Mundial de Egipto 2009 (en el que Costa Rica acabó en el cuarto lugar) aquella es de las cosas más especiales que he vivido en el fútbol, salir campeón luego de 19 años que el club no lo conseguía fue una celebración única”, destacó.
Para este domingo el Team es el único que sabrá si se reescribe la historia y una vez más sale de la Cueva con una gran sonrisa.