Ver a jugadores tirarse al suelo y fingir faltas para perder tiempo de manera descarada o que algún juntabolas esconda los balones al final de los partidos es algo que el técnico del Cartaginés, Paulo César Wanchope, no quiere ver ni en pintura dentro de su equipo y ya tiene a sus jugadores bien advertidos.
Este tipo de mañas son el pan de todos los días en el fútbol nacional, ya que la mayoría de equipos aprovechan cualquier pretexto con tal de sacar un resultado positivo, sin importar que los aficionados terminen bostezando en la graderías. ¿Quién no ha visto a un jugador del fútbol nacional dar cuatro vueltas al mejor estilo de Neymar para que el tiempo corra?
Para Paulo perder tiempo de forma tan descarada no solo va en contra del juego limpio, sino que afecta al equipo que lo realiza, porque entre más tiempo pierdan, más minutos se tendrán que reponer.
Según Chope, lo mejor es que un equipo ponga a jugar lo antes posible la pecosa, lo cual le dará más movilidad al juego y animará más a los aficionados, quienes la mayor parte del tiempo tienen que soportar mejengas más lentas que una babosa en muletas.
Claro, no todo es color de rosa porque la tentación de perder tiempo cuando se juega una clasificación o un título siempre va a tentar al futbolista a sacar su manual de mañas. Por eso, Chope espera que su idea cale y cambie la mentalidad que impera en la gran mayoría de futbolistas nacionales.
“Hay mecanismos para controlar el partido en situaciones de ese tipo y le puedo asegurar, que al menos mientras esté acá, no vamos a jugar a esconder los balones o cosas de este tipo que pasan en el fútbol nacional en algunos lugares. El jugador debe tener la serenidad de bajarle el ritmo al juego con medidas licitas”, explicó Paulo.
Agilizar el partido, que tenga ritmo, así como meterle velocidad y aprovechar lo más posible el tiempo efectivo son algunas de las situaciones que promueve Chope entre sus jugadores y que el técnico asumió durante sus ocho años en el fútbol inglés, que se caracteriza por su dinámica e intensidad.
“Llegar al extremo de pedirle a un juntabolas que esconda los balones son cosas que no pueden aceptarse, generalmente son muchachos de divisiones menores los que cumplen con ese papel, por lo que decirles ese tipo de cosas es enseñarles malas mañas, y sacar un resultado no justifica ese tipo de acciones”, consideró Chope.
Paulo indicó que ha hablado con los juntabolas para que devuelvan el balón lo más rápido posible y cumplan bien con su función, al igual lo ha hecho con sus futbolistas, ya que perder tiempo les puede salir caro después.
“Son cosas que nos pueden jugar en contra, si empezamos a tirarnos, a fingir faltas y perder tiempo, después nos van a reponer seis minutos, situación que no quisiera vivir si vamos ganando. Esta es la filosofía que queremos llevar, así es como veo el fútbol", detalló.
Chope comentó el ejemplo de Neymar, quien para él es un gran jugador, pero por andar perdiendo tiempo limitó su fútbol considerablemente y le impidió ser uno de los mejores en Rusia 2018.
Administrar los cierres
A Chope le preguntamos, ¿cómo se puede administrar el tiempo en el fútbol rápido sin caer en malas mañas? El técnico brumoso respondió que es lo que llaman defenderse con la pecosa
“Con velocidad mental, si hacemos mover la pelota rápido podemos controlar los tiempos del partido porque jugar rápido no necesariamente es tener la pelota e irse a atacar de una y no necesariamente con tres pases, sino con diez, por citar un ejemplo”, destacó el entrenador.
El domingo anterior ante la Liga, el estilo que promueve Chope se reflejó en el terreno de juego, ya que a los 57 minutos los centenarios iban ganando 2-1 y mantuvieron su estilo, pero al final los erizos le dieron la vuelta al marcador y ganaron 3-2 con un gol en el minuto 83 del hondureño Alex López.
“Se está más cerca de ganar un partido si vamos 2-1 y hacemos el 3-1 porque será un golpe sicológico (para el rival). La consigna mía es el de aumentar la ventaja porque así estaremos más cerca de ganar el juego”, explicó Paulo.
El tiempo dirá si Cartaginés cumple su convicción de juego limpio, especialmente cuando las cosas no anden bien y se les exijan resultados.