La casa de don Eladio, como muchos aficionados llaman de cariño al estadio del Herediano, por muchos años cobijó a Paulo César Wanchope y fue el lugar en el que el delantero dio sus primeros pasos en el fútbol.
Para Chope el fortín florense, primero como jugador donde debutó en 1994 y después como entrenador en el 2008, fue un lugar en el que tuvo sus mejores momentos y la afición rojiamarilla le dio el calificativo de ídolo.
Sin embargo, la vida da vueltas y las cosas cambian, por lo que Wanchope llegó esta temporada a dirigir al Club Sport Cartaginés, equipo que este sábado, a las 8:05 p. m., visitará al Herediano.
Para Chope llegar vestido de blanquiazul a la que fue su casa por muchos años, además de convertirse en un dato curioso será la oportunidad para demostrarle a la afición brumosa que tiene un equipo con la capacidad suficiente de derrotar a su archirrival en su propio campo, algo que siempre ilusiona a los paperos.
Caer ante su primer amor, significaría para Paulo no solo un duro golpe anímico, sino que perderá fuerza en la lucha por la clasificación, especialmente si otros equipos como Saprissa, Carmelita, San Carlos y Alajuelense se mantienen en la senda de la victoria.
Chope tiene clarísimo que no se dejará distraer por el ambiente, ya que está curtido en el tema y sabe que de nada le ayudará ponerle jupa a ese tema, por lo que su mente estará puesta en detalles tácticos y estratégicos.
“Será una visita como cualquier otra. Tengo mucho tiempo en la dirección técnica y sé lo que es enfrentar este tipo de partidos. Es simplemente ir y hacer las cosas bien. En todos los estadios en los que he ido, siento y tengo el cariño de la gente. Ojalá todo salga bien”, expresó Chope.
Más que los lo que los fiebres puedan decir, al entrenador brumoso le ocupa el buen momento de su rival de turno.
“Herediano es un equipo fuerte, bien conformado y cuenta con jugadores de mucha calidad y recursos importantes. Sabemos a lo que vamos y nos hemos preparado muy bien. Ojalá podamos puntuar y estar cerca de la clasificación”, comentó Paulo
Chope reconoce que es un sentimiento inusual el que experimenta antes de un partido de este tipo y admite que siente un gran cariño por el club en el que estuvo durante toda su carrera en Tiquicia, pero también afirmó que ese amor desaparecerá a la hora que el árbitro Juan Gabriel Calderón proceda a dar el silbatazo inicial.