En la Liga Neuquina de Fútbol (regional Argentina), un jugador fue suspendido con diez fechas y su técnico con 15 por discriminar a la asistente arbitral Agustina Faundez durante una mejenga.
Pero el asunto no se queda ahí, ya que también hubo amenazas de muerte contra la terna arbitral. Todo fue denunciado ante la Justicia.
El 29 de setiembre jugaron Villa Iris ante el Unión Vecinal, con motivo del campeonato local. Según el informe del diario La Mañana, los hermanos Doglioli (Emiliano, defensor y Guillermo, entrenador), se molestaron tras la derrota 1-0 de la Unión Vecinal y la emprendieron a punta de insultos contra los árbitros.
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Según Carlos Escobar, presidente del Colegio de Árbitros de Lifune, los Doglioli incurrieron en actos de discriminación, amenazas de muerte e injurias. Todo fue denunciado en la Comisaría 17.
“Cuando terminó el partido se nos acercó el 2 (Emiliano) y nos empezó a decir de todo, a mí me apuntaba con el dedo y me increpaba casi cara a cara. Que éramos un desastre, su hermano nos decía ‘cagones’. Cuando al fin se iba, el defensor se da vuelta y me dice ‘anda a lavar los platos’, acompañando el gesto con la mano”, contó la asistente Agustina Faundez.
“Da tristeza porque una nunca espera que un hombre te trate así, más bien espera que haya límites. No les importó nada a ellos. Duele también porque una se insertó en el fútbol como tantas mujeres, y que pasen estas cosas en estos tiempos es retroceder mucho. También mujeres que estaban del otro lado del alambrado me insultaron y me mandaron a lavar los platos”, agregó dolida la jueza de línea.
Por su parte, el árbitro Emiliano Peralta fue más allá: “A mí el técnico (por Guillermo), que entró a patear el vestuario, me apuntó con el dedo y me dijo ‘si te encuentro en la calle, te mato’. Estamos desamparados y hay que hacer las cosas como corresponde, incluso por protocolo. Por eso, si bien no temí por mi vida porque uno ya está curtido en esto, hicimos la denuncia”.
Los hermanos Doglioli no quisieron dar declaraciones al diario y manifestaron que “todo está en manos de sus abogados”.