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Cuando Joshua Santana llegó este miércoles a la despedida de Pablo Gabas y vio que tenía que pelear un puesto con Froylán Ledezma, Jerry Palacios, Alejandro Alpizar, Claudio Ciccia, Yendrick Ruiz entre otros delanteros se dijo “diay sí, ya no jugué", pero nunca la pasó por la cabeza que fuera porque ellos tienen dos piernas y él solo una.
El joven de 22 años, oriundo de Desamparados, San José, forma parte del equipo de fútbol amputado de Alajuelense. Él y el portero Carlos Alberto a quien le falta un brazo, no se quedaron por fuera en la despedida del Capi erizo y tuvieron su chance para jugar unos minutos. El atacante hasta se dio el lujo de anotar un pepinazo.
La emoción de Santana fue increíble cuando el técnico Carlos Restrepo lo llamó en el segundo tiempo, ese momento al muchacho le parecía irreal, jugar a estadio lleno, en un partido en vivo y con tantas estrellas, tan solo tres años después de perder una pierna tras la cornada de un toro en una corrida en Zapote.
“Esto para mí es algo que se convierte en un sueño, con dos piernas no me imaginé poderlo alcanzar y ahora con solo una lo estoy logrando, esto le deja un mensaje a la gente que uno puede salir adelante a pesar de cualquier circunstancia, porque nuestras limitaciones están en la mente”, explicó el joven.
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Antes de su accidente, Joshua estuvo en las ligas menores erizas y la pulseaba bonito para llegar algún día a la primera y jugar con todas las estrellas con las que tuvo chance de compartir este miércoles, quienes lo felicitaron uno por uno cuando consiguió su anotación.
“Cada vez que me acercaba, el marco se me hacía más pequeño y veía difícil anotar, pero gracias a Dios se me dio, se me vinieron recuerdos de mi infancia y juventud cuando hice las ligas menores acá, de diecinueve años perdí mi pierna y no me quedé en un cuarto lamentándome, le demostré a la gente que sí se puede”, destacó Santana.
El momento más duro fue cuando recién le cortaron la pierna porque en ese momento pensó que no volvería a meterse jamás a un campo de fútbol y tendría que colgar los tacos por siempre, un deporte que sigue desde niño porque además es sobrino del exjugador y extécnico de Saprissa, Carlos Santana.
“Me hablaron del proyecto de la Asociación Fútbol para Amputados y fue algo maravilloso, ahora juego fútbol con otra visión, en octubre estoy para disputar el Mundial de Fútbol para Amputados en México”, destacó.
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Casualmente este viernes será el sorteo en el que Joshua y sus compañeros se enterarán contra qué rivales estarán en la copa del mundo. Santana acabó como uno de igual a igual, a quien lo unía la pasión por el fútbol más allá de cualquier otra cosa.
