La historia se repite para Jicaral, el equipo porteño nuevamente perdió una final. Esta vez fue en el cierre del Apertura 2018, cuando se quedaron con las manos vacías frente a su afición al perder 4-1 ante Guancasteca.
En el juego de ida, ambos conjuntos habían empatado 1-1 en el Chorotega de Nicoya.
Si los guanacastecos ganan el Clausura 2019 serían campeones y regresarían a la máxima categoría, en caso de no ganar ese otro torneo, tienen garantizado un cupo en una final nacional.
Desde el 2016, los porteños han perdido cuatro finales, pero no de manera consecutiva.
El choque de este domingo comenzó con un golpe tempranero en suelo jicaraleño por parte de la Asociación Deportiva Guanacasteca.
En una jugada muy bien llevada, la ofensiva visitante tomó mal ubicada a la defensiva azul y Pablo Córdoba, a quien le llegó la redonda por un desvío, marcó el 1-0 a los siete minutos de juego.
A partir de eso la mejenga se abrió porque los de casa se vieron obligados a buscar el empate para mantener sus esperanzas de llegar a la primera división.
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Por su parte, de forma inteligente, los guanacastecos se resguardaron de buena manera en su campo, pero buscando aprovechar los espacios que dejaba su rival.
Los jugadores de experiencia en el cuadro de Jicaral como Adrián Marrero, Wálter Chévez, Leonardo Adams, y Esyin Cordero dieron un paso al frente para buscar la igualada.
Pero los de la acera de enfrente estaban, como dicen por ahí, ojo al Cristo y totalmente pellizcados, para evitar problemas, guiados por el colmillo de Yosimar Arias.
Una de las armas que más utilizó el equipo del técnico porteño Erick Rodríguez, para llegar al empate, fue la pelota aérea, pero la nota alta la dieron los centrales visitante, porque siempre salieron ganando esos duelos.
En los últimos cinco minutos de la inicial, Jicaral tuvo tres claras opciones para igualar, pero la falta de tranquilidad y la buena actuación del portero Iván Acuña, los dejó en cero.
Y dice el viejo refrán, al que madruga Dios lo ayuda. Y así lo hizo Guanacasteca, porque así como anotó a los siete minutos del primer tiempo, en la complementaria solo necesitó tres, 48 del tiempo corrido.
Una falta cercana al área grande de Jicaral, le permitió a la figura del juego, Pablo Córdoba, mandarse un pepinazo de factura mundialista, ya que con un zurdazo al ángulo de mano izquierda del portero Néstor Mena, aumentaba la ventaja a 2-0.
Pero los de casa todavía tenían palabra en el choque y cinco minutos después encontraron el descuento.
Una pelota llevada por Luis Rodríguez en el sector izquierdo, terminó con una bonita finta para quitarse de encima a su marcador, de inmediato mandó un centro que terminó en el segundo palo, donde encontró la cabeza Kennedy Rocha, quien tocaba la redonda por primera vez en el juego, porque acaba de llegar al campo como variante.
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Sin embargo Yosimar Arias paró en seco el deseo jicaraleño de empatar, ya que al minuto 60, un servicio que vino desde la izquierda, tomó al 23 de la ADG solo frente al marco y con un misil de pierna derecha puso el 3-1 en el marcador.
Con esa conquista nicoyana, el esfuerzo de Jicaral no bajó, pero con la conducción del mismo Yosimar, el cuadro visitante manejó con mucha inteligencia los minutos finales del encuentro para llevarse la final.
Con este panorama, la fiesta guanacasteca terminó en goleada, porque al 87′, una clara falta de penal en el área de Jicaral la ejecutó de buena manera el capitán Carlos Ochoa para poner el póker de goles sobre la gramilla rival, sentenciando el 4-1 y el título del Apertura.